Psicología Malena Lede - El Complejo de Edipo y la Homosexualidad





Sigmund Freud, inspirado en el relato de Edipo Rey,  introduce el concepto de “complejo de Edipo” para describir la relación de amor y odio que existe en todo triángulo formado por el padre, la madre y el hijo.

En su forma positiva, el Complejo de Edipo se presenta como deseo sexual hacia el progenitor del sexo opuesto y el deseo de muerte hacia el progenitor del mismo sexo; y en su forma negativa, a la inversa.

La forma en que se resuelva el Complejo de Edipo tiene consecuencias sobre la estructuración de la personalidad, al ser reemplazados los sentimientos de atracción y de rechazo hacia los padres,  por identificaciones, o sea, querer ser como uno u otro de los progenitores en algún aspecto determinado.

En su forma positiva, la identificación será con el progenitor del mismo sexo y en su forma negativa como el progenitor del sexo opuesto. Quiere decir que la identificación es la que resuelve la crisis edípica.

Sigmund Freud le atribuye al Complejo de Edipo las siguientes funciones fundamentales:

a) es la condición para la elección de pareja

b) permie el acceso a la fase genital, dado que ésta no depende solamente de la maduración biológica sino también de la resolución de la crisis edípica mediante la identificación.

c) posibilita la estructuración de la personalidad, o sea, en términos de Freud, la estructuración del aparato psíquico, que está formado por el Ello, el Yo y  el Superyo, que es el heredero del Complejo de Edipo y que se instala antes de la pubertad, en el comienzo del período de latencia, después de los cinco años.

El Complejo de Edipo trasciende las experiencias individuales ya que la prohibición del incesto es considerada una ley universal y la condición para que el hombre se diferencie de los animales.

Lo que el niño incorporará serán determinadas imágenes parentales y el tipo de relación que existía entre el triángulo formado por él, su padre y su madre.

La importancia de la relación con la figura paterna es crucial para la identificación sexual del varón, ya que si el niño no resuelve el Complejo de Edipo, éste puede permanecer sin elaborar en su inconsciente, y manifestará posteriormente su acción patógena.

La presencia del padre tiene un valor determinante para que el hijo varón  abandone su deseo incestuoso hacia la madre y le permita terminar con su complejo de Edipo.

Le resulta más difícil a Freud, definir con exactitud cuándo declina el Complejo de Edipo en las niñas y cuándo logra renunciar al padre.

Mientras el niño lo resuelve debido a la amenaza de castración, la niña lo puede resolver eventualmente debido al complejo de castración, o envidia del pene, o sea, trasladando simbólicamente el deseo sexual hacia su padre a su primer hijo varón.

Malena
Fuente: “Diccionario de Psicoanálisis”; Laplanche y Pontalís.