Cómo saber lo que quiero - Psicología Malena Lede





Las personas inestables, que se cansan de sus parejas, de sus trabajos y de todo lo que se convierte en lo que para ellas representa una rutina insoportable, son emocionalmente ansiosas y están constantemente insatisfechas.

Es difícil contentarlas o que encuentren algo o alguien que logren que perdure su interés por mucho tiempo, porque el problema más grande que tienen es precisamente, que no saben lo que quieren.

Dice el refrán: “El que no sabe lo que quiere no encuentra lo que busca”, y eso es verdad, por eso, esa persona inestable, que no puede elegir lo que la hace feliz porque no sabe qué es, deberá aprender a conocerse más a sí misma para ser capaz de comprometerse a largo plazo con sus elecciones y de renunciar a lo que necesariamente tendrá que dejar de lado.

La incapacidad de estas personas de mantener una posición, les permite cambiar de discurso, de intención, de gusto, de sentimientos, de amigos o de pareja, a cada rato, sin culpa, porque no están dispuestos a tomar partido ni a aceptar los límites que impone el hecho de comprometerse con una postura personal que permita tener convicciones propias.

No podemos saber lo que buscamos si no tenemos parámetros que nos indiquen qué es lo que queremos; y este parámetro consiste en comprometerse con una postura personal, o sea una propia manera de pensar, en función a nuestros propios valores.

¿Qué significa tomar una postura y comprometerse con una forma de pensar?

Significa conocer cuáles son mis valores, saber quién soy, quién he sido hasta ahora y quién me gustaría ser, cómo es mi temperamento y mi carácter y cómo me gustaría que fuera, cuál es mi fortaleza y cuál mi debilidad, en qué me destaco y en qué me gustaría destacar, si me acepto a mi mismo como soy, si actúo con honestidad, si soy confiable, si tengo paciencia, si soy tolerante o iracundo, si soy generoso o mezquino, si soy humilde o arrogante, si soy respetuoso o no lo soy, si soy capaz de amar a alguien a largo plazo o no, si trato a los demás con consideración y si soy capaz de cambiar lo que puedo y de aceptar lo que no puedo cambiar.

Este cuestionamiento interior me llevará a conocerme más a mí mismo y a los valores con los cuales me identifico, me permitirá pensar, actuar y hablar en forma coherente, sin posibilidad de incurrir en contradicciones que puedan defraudar la confianza que me tengo a mi mismo y la que tienen de mí los demás, podré tomar decisiones coherente con mis valores, lo que hará que luego no me arrepienta, estaré más seguro de mis sentimientos y de qué es lo quiero para mí y seré capaz de proyectarme en el futuro sin miedo.

Sin este necesario conocimiento de uno mismo es imposible ser coherente, actuar en forma racional, ser creíble, ser aceptado y ser amado no como un objeto sino por ser quien uno es.

Comprometerse con una postura personal no quiere decir encerrarse en una estructura de pensamiento rígido sino estar dispuesto a abrirse a los cambios que imponen el desarrollo y la evolución.



Malena