No te involucres con hombres casados - Psicología Malena Lede




La primera cita es un momento muy especial. Naturalmente los dos desean dar la mejor impresión y es posible que para lograrlo tengan que mentir.

Las mujeres tienen más intuición que los hombres, de manera que si observan bien a ese hombre con el que aceptaron salir y tratan de ser objetivas, enseguida se darán cuenta si esa persona les está mintiendo o no.

No es difícil ya en la primera cita hacer que un hombre diga la verdad, sin embargo, muchas mujeres prefieren mentirse a sí mismas y creerse todo lo que les dicen.

Es muy raro que un hombre de más de treinta años no tenga ninguna historia amorosa sin terminar y que haya decidido comenzar a flirtear con otras mujeres dejando la puerta abierta para volver a su anterior pareja después de haber destrozado sus corazones.

Cuando son capaces de confesar esa situación a veces es demasiado tarde y la mujer puede no tener la fuerza suficiente como para rechazarlo y mandarlo de vuelta a su hogar.

Aceptar a un hombre casado es arriesgarse demasiado porque lo habitual es que una vez que consigue cumplir con su objetivo, vuelva con su mujer anterior.

Es que no sólo suelen tener una mujer sino también hijos y esos vínculos son más difíciles de romper.

Si el hombre no está divorciado aún, es mejor que no se relacionen con él, porque una vez que comienzan a sentir afecto por él, la separación será más dolorosa.

Las mujeres ingenuas todavía no pueden creer que los hombres conquistadores lo único que buscan en otra mujer que no es la suya, es una cosa: tener sexo.

Si eso es lo que la mujer desea y nada más, entonces puede seguir adelante alentándolo, pero no tienen que hacerse ninguna ilusión porque no conseguirá otra cosa.

Cuando permiten que les rompa el corazón un hombre que no es libre, están decidiendo emprender un camino de sufrimiento sin retorno y un mar de lágrimas no lo hará volver.

Toda mujer tiene la posibilidad de encontrar a alguien sin ninguna atadura que la ame por ser quien es. Sólo tiene que aprender a renunciar a su amor ideal y a mirar a su alrededor, porque el amor verdadero siempre se encuentra más cerca de lo que cree, sólo que todavía no ha reparado en él.

Malena