Mujeres que confiesan haber sido infieles - Psicología Malena Lede




En la práctica clínica me planteé esta pregunta muchas veces: ¿Por qué las mujeres necesitan confesarle a sus parejas que han sido infieles, sabiendo lo que representa para el hombre, en nuestra cultura, la infidelidad de la mujer? ¿Por qué se arriesgan a enfrentar una reacción violenta? ¿Es necesario blanquear una relación extra matrimonial? ¿Por qué priorizan esa necesidad personal y no piensan en las consecuencias?

Por cuestiones culturales, la infidelidad del hombre es más tolerada que la de la mujer y es difícil que alguna vez, se le conceda el mismo juicio crítico. Por eso el hombre no necesita confesar su infidelidad, porque en su caso representa para la sociedad una travesura, un desliz, una inocente aventura, que no les produce culpa y afirma su virilidad.

La infidelidad de la mujer es considerada por los demás, una falta mucho más grave y por supuesto más difícil de perdonar; pero para ella puede ser una dulce venganza en el caso de que el hombre le haya sido infiel, siempre que él se entere de su deslealtad.

Una mujer también puede confesar su infidelidad porque se siente culpable y necesita ser perdonada por su pareja para resolver su conflicto interno, siempre que esa mujer haya incorporado altos valores morales y ese conflicto altere su vida normal.

Pero la razón más común para que una mujer sea infiel es vengarse de la infidelidad del hombre haciendo lo mismo.

También, si el sexo con su pareja no la satisface, es un buen motivo para que en algún momento de su vida le sea infiel, porque querrá saber si sentirá lo mismo con otro hombre, si será mejor el sexo con él o si es ella la responsable de su frustración como mujer.

Aunque casi no existen las mujeres frígidas, se pueden presentar algunos pocos casos excepcionales de frigidez en la mujer, tanto por razones psicológicas como orgánicas, pero la mayoría de ellas es normal.

Una mujer tiene que respetar su propia intimidad y no tiene necesariamente que decirlo todo sobre sí misma; a menos que sea necesario, caso contrario, debería mantener su misterio, su privacidad, porque decirlo todo podría implicar, en cierta forma, no atreverse a ser ella misma ni tener vida propia.

El comportamiento sexual que decide tener una mujer, por cualquier razón, tiene que ser para su propia satisfacción personal y no con el objetivo de agredir o vengarse de otro.

Si una mujer es infiel, y luego lo confiesa a su pareja para hacer efectiva su venganza, no podrá eludir una reacción violenta, aunque él le haya sido infiel muchas veces.

Es una ley natural injusta y asimétrica, hecha por los hombres, que nacen con la ventaja de ser físicamente más grandes y más fuertes que ellas, ventaja que la mujer no debería minimizar si desea conservar su integridad física.

Lo que no puede hacer la mujer con la fuerza lo hace con su intuición, su astucia y su inteligencia, por eso, toda mujer que está en pareja, debe actuar con prudencia si por alguna razón elige ser infiel, reservarse esa experiencia para ella misma y jamás decírselo a él.

Malena