Un caso de melancolía neurasténica - Psicología Malena Lede




En 1994, Sigmund Freud publica en uno de sus manuscritos el siguiente caso:

El paciente es de la ciudad de Budapest, tiene cuarenta y cuatro años, y lo consulta porque siente que está perdiendo su energía vital, problema que considera poco común a su edad.

Está desinteresado por su trabajo, que le cuesta cumplir, siempre está de mal humor y desanimado, duerme poco, tiene trastornos digestivos, no puede digerir algunos alimentos, sufre de constipación y flatulencias y todo esto acompañado siempre por una fuerte presión arriba y detrás de la cabeza.

No se trata de un estado continuo sino transitorio, que suele durar cuatro o cinco días y que va extinguiéndose lentamente hasta que los síntomas desaparecen por completo durante algunas semanas; luego, los eructos le enuncian una nueva crisis. En ciertas ocasiones se sintió muy bien durante varios meses.

Estos malestares los padece desde hace 25 años y él los atribuye a un mal funcionamiento del estómago…

Es un hombre físicamente sano, que no tiene muchas preocupaciones ni problemas emocionales.

Cuando Freud le pregunta sobre su vida sexual, manifiesta haberse masturbado desde los 12 a los 16 años y haber tenido pocas relaciones con mujeres antes de casarse, ya que sus necesidades no eran acuciantes.

Ahora está casado y tiene dos hijos, el menor de diez años. Después del primer hijo y también después del segundo, utilizó únicamente preservativos para evitar el embarazo de su mujer, no interesándose por ninguna otra técnica.

Durante los últimos años declinó su potencia sexual, manteniendo relaciones sexuales con su mujer cada quince días y frecuentemente por períodos de tiempo más prolongados.

Reconoce que después del coito con preservativo se siente agobiado y destruido, pero no enseguida sino después de dos días, al advertir que comienzan sus problemas gástricos.

Freud diagnostica un caso leve, pero muy consistente, de distimia periódica o melancolía cuyos síntomas característicos son desgano, inhibición, presión craneana e insomnio.

Es un cuadro que se asemeja mucho a la neurastenia, incluso ambos tienen la misma etiología.

Freud está tratando pacientes neurasténicos con los mismos síntomas, todos masturbadores o personas afectadas por herencia; por lo tanto considera que este es un caso de melancolía neurasténica.

Es altamente probable que el factor desencadenante de una melancolía menor como ésta, siempre sea un coito, estado que mejora con cada alejamiento del hogar y de la obligación de tener relaciones sexuales.

El paciente declara ser totalmente fiel a su esposa y en su condición, Freud considera que es natural que así sea. El uso del preservativo pone en evidencia una potencia débil y al igual que la masturbación es la causa continua de su melancolía.

Malena
Fuente: “Obras Completas de Sigmund Freud”; Tomo III: “Manuscrito F”;
28-08-94; Número 2; Herr von F., Budapest; página 3500.