Mi - pareja - es- infiel - y - estoy - embarazada - Psicología - Malena - Lede



La experiencia de embarazo no es vivida siempre de la misma manera. Hay mujeres que esperan felices tener un hijo y otras no tanto; y también hay futuros padres que viven el embarazo de su pareja con gran expectativa y amor, experimentando cada novedad, cada movimiento del bebé y cómo va avanzando el proceso, del mismo modo que su mujer; mientras que hay otros que rechazan el embarazo de entrada.

Si ambos integrantes de la pareja se sienten felices durante la gestación, seguramente tendrán un bebé feliz que les demandará el mínimo de trabajo, más dispuesto a sonreír que a llorar, con un sistema inmunológico más fuerte y con una capacidad de aprendizaje perfecto.

Si, al contrario, la madre está sola y triste, si el embarazo no fue deseado y si su pareja no acompaña este proceso, ese bebé se gestará con esa condición que disminuirá sus defensas, pudiendo quedar expuesto a distintas enfermedades, llorará más y aprenderá menos.

Las bases de la depresión de una persona se instalan desde el momento de la concepción y las experiencias en el útero materno son vividas por el bebé desde un principio, de modo que es indispensable no embarazarse cuando las condiciones óptimas para el bebé no están dadas.

A los hombres los atemoriza el embarazo de su mujer, se pueden sentir celosos y preocupados, pueden creer que ya no ocupan el primer lugar en la vida de su pareja y sentirse relegados.

Durante los meses de embarazo las mujeres pueden sentir un aumento de su libido sexual, pero después del alumbramiento la naturaleza interviene produciendo hormonas que preparan a la mujer para la lactancia y el cuidado del bebé y en esos primeros meses de vida de su hijo puede experimentar una disminución de su libido.

Hay hombres inmaduros que rechazan el embarazo de su pareja y entonces deciden ignorarlo. Incluso son capaces de cambiar su estilo de vida y ausentarse del hogar sin dar muchas explicaciones o salir de noche buscando aventuras, para mitigar su angustia ante la evidencia concreta de tener que iniciar una nueva etapa que lo obligará a madurar y asumir el rol de adulto.

Toda mujer tiene que estar segura que va a ser apoyada por su pareja antes de atreverse a quedar embarazada, para su propio bien y el de su hijo.

Un bebé no tiene que convertirse en un recurso para atrapar a una pareja indecisa, tiene que ser deseado por ambos y esperado con amor y entusiasmo.

Tampoco es conveniente que una mujer que está atravesando una crisis de pareja, busque un embarazo para solucionar ese problema.

Un bebé no soluciona los problemas que tiene una pareja, al contrario, puede acelerar el rompimiento, aumentar las dificultades y terminar siendo un grave error que se puede pagar muy caro.

Hoy en día existen muchas formas fáciles y accesibles de implementar, para evitar los embarazos, de manera que tener relaciones sexuales sin ninguna protección, cuando no se desea tener un hijo, es un acto irresponsable que puede impulsar a la mujer a exponer su vida sometiéndose a un aborto.

El aborto es un delito grave penado por la ley, ya que es considerado un asesinato, pero además, puede provocar en la mujer consecuencias tanto físicas como psicológicas.

Entre las causas físicas, figuran la esterilidad permanente e incluso la muerte y a nivel psicológico puede provocar un trauma, que por lo general suele aparecer a veces muchos años después, en una terapia, como la causa profunda de una depresión.

Si tienen una pareja que no les garantiza fidelidad, que ya las ha engañado en alguna oportunidad, que no desea comprometerse formalmente y que no le interesa tener hijos, no se arriesguen a quedar embarazadas, porque criar un hijo sola no es bueno ni fácil para una madre ni tampoco es conveniente para la salud física y emocional del hijo.

Los hijos quieren un padre y una madre que los amen, quieren ser importantes para ellos y que se interesen por su salud y por su seguridad.

Por todo esto, no condicionen a sus hijos desde antes de nacer, sean padres responsables y traigan al mundo niños felices.

Malena