Los errores en el amor y sus consecuencias - Psicología Malena Lede



Los errores, como la deslealtad en el amor, producen sufrimiento. Son producto de la falta de coherencia interna, conductas de mala fe que temporalmente pueden resultar satisfactorias para un sujeto pero que siempre tienen consecuencias desafortunadas, ocasionan perjuicios y afectan a otros.

La mala fe es una mentira porque intenta evitar el compromiso. Solamente la actitud estrictamente coherente es de buena fe.

Todas las conductas de una persona pueden influir en quienes nos rodean y si se trata de acciones erróneas que no respetan decisiones anteriores, puede afectar seriamente las relaciones.

En “La divina comedia”, Dante Alighieri describe al infierno como un cono invertido en el que se encuentran los condenados confinados, según sus pecados.

En el abismo más profundo del infierno están los traidores y los que no tomaron partido, o sea los que no se comprometieron y no fueron capaces de ser fieles a si mismos.

El existencialismo nos dice que el que comete errores a sabiendas está eludiendo su responsabilidad y con su conducta no solamente se compromete a sí mismo sino que está comprometiendo a toda la humanidad, porque está autorizando a los demás a hacer lo mismo.

No se trata de cumplir con los mandamientos de ninguna religión, porque las acciones de una persona dependen solamente de la responsabilidad que es capaz de asumir con sus decisiones.

La pasión no puede ser una excusa para realizar actos desleales, porque también somos responsables de las pasiones y porque con nuestros actos, estamos inventándonos a cada instante y diseñando nuestro destino; y si nuestros valores son indefinidos sólo tenemos que guiarnos por nuestros instintos.

Aunque existe sin duda una moral universal que todos podemos intuir desde que nacemos, ninguna moral escrita nos puede decir lo que está bien o lo que está mal, porque estamos condenados a elegir.

Si elegimos alguna doctrina religiosa para regir nuestras vidas también estamos eligiendo y si pedimos un consejo estamos eligiendo al consejero y si Dios existiera sería igual, porque somos libres de elegir y la responsabilidad siempre será nuestra.

El hombre es su proyecto y sus actos y existe solamente en la medida que se realiza. Se compromete en la vida y va dibujando su figura, no es más que el conjunto de todo lo que ha hecho.

El hombre no nace héroe ni cobarde, se hace cobarde y se hace héroe con sus actos, su destino está en él mismo.

El hombre nace siendo nada, sólo es lo que ha logrado con todas sus decisiones y siempre está a tiempo para realizarse porque sólo se puede definir en la lápida.

Malena
Fuente: “El Existencialismo es un humanismo”; Jean Paul Sartre.