Marido infiel mujer despechada - Psicología Malena Lede



Lucy fue una paciente que atendí hace unos años, derivada por su médico de cabecera para recibir tratamiento psicológico, después de haber sido sometida a una cirugía, en la que le fue extirpado un seno; una mujer despechada en ambos sentidos de la palabra.

Lucy era peluquera y desde muy joven tenía su propia peluquería en un barrio de Buenos Aires.

Pero la historia de Lucy que nos interesa comienza mucho tiempo antes de enfermarse, cuando ella se enamoró de un hombre quien posteriormente sería su marido.

Su noviazgo, a la antigua, había durado un año, luego se casaron y se fueron a vivir a un departamento que Lucy había comprado hacía poco tiempo con el dinero que había ahorrado y con un crédito bancario.

A ella le encantó saber que él estudiaba medicina y aunque recién estaba en primer año, decidió que lo ayudaría para que se recibiera. Por eso le dijo que dejara su trabajo de medio tiempo porque ella se ocuparía de pagar todos los gastos para que él pudiera estudiar.

Lucy quedó embarazada al año siguiente y tuvo un hijo varón. Durante cinco años la situación de la pareja no cambió; él seguía en la facultad y ella continuaba con su negocio donde todos los días llevaba a su hijo, hasta que comenzó Jardín de Infantes.

Un día, cuando volvía del centro de hacer unos trámites, descubrió con sorpresa a su marido caminando por la calle, con otra mujer. No lo podía creer, ella, que lo amaba más que a su propia vida, que trabajaba para que él se recibiera y que se conformaba con sus excusas cuando le preguntaba sobre los progresos en sus estudios, paseando con otra con total desparpajo.

Esa noche lo encaró pero él le dijo que era una prima que ella no conocía que había llegado del interior y que él tuvo que ir a recibir a pedido de su tía.

Lucy decidió creerle ya que su comportamiento hasta ese momento había sido intachable. Sin embargo, al día siguiente fue a la Facultad de Medicina a averiguar qué avances había logrado en sus estudios su marido y allí le informaron que no existía ningún alumno con ese nombre y apellido.

Resumiendo, durante cinco años su marido le había mentido; no sólo jamás había ido a la facultad sino que también desde hacía cuatro años tenía otra mujer, la supuesta prima, con la que convivía durante el día y a la que le decía que trabajaba de noche; y durante todo ese tiempo ninguna de las dos mujeres sospecharon sobre la existencia de la otra.

Lucy lo echó del departamento y se quedó con su hijo. Él prefirió quedarse con la otra mujer y buscar un trabajo.

Al poco tiempo a Lucy le apareció un bulto en el pecho y la tuvieron que extirpar el seno. Le hicieron rayos y quimioterapia y fue en ese entonces cuando fue derivada para recibir tratamiento psicológico.

Lucy era una mujer despechada física y psicológicamente que no podía perdonar. Sin embargo, con el tiempo pudo aceptar lo que le había pasado y entender su posible responsabilidad en todos estos hechos.

Lucy, en su afán de ayudar a su marido para que se recibiera de médico, abandonó su rol de mujer y asumió el papel de un hombre, mejor dicho de un superhombre capaz de ser hombre y mujer al mismo tiempo, encargándose del hijo de ambos y de la mantención de su hogar y su marido.

Uno de los problemas más graves de las relaciones familiares es la falta de cumplimiento de los roles, porque puede influir en el desarrollo de enfermedades mentales en los hijos, cuando también presentan cierta predisposición genética.

El cuerpo expresa fielmente el problema psicológico que una persona padece, en el órgano correspondiente

Lucy finalmente pudo perdonar, respondió muy bien a los tratamientos y se curó totalmente, pero hasta ahora no volvió a creerle a otro hombre ni a tener otra pareja y a su ex marido no lo vieron nunca más ni ella ni su hijo.

Malena