La mujer hace al hombre - Psicología Malena Lede



Gregorio Marañón, médico, científico, historiador, escritor y pensador español, que se destacó internacionalmente, decía que el hombre hace la historia y la mujer hace al hombre y es verdad, porque detrás de todo gran hombre siempre hay una gran mujer.

El hombre es como arcilla en manos de una mujer siempre que ésta respete su constitución básica porque nunca podrá cambiar su propia naturaleza, pero si podrá limar muchas de las asperezas de su carácter, ayudarlo a ordenar su vida, sus finanzas y hasta a realizarse.

Las mujeres de antes no tenían oportunidad de lograr trascender el ámbito hogareño, porque en el mundo laboral, artístico o científico sólo había lugar para los hombres.

Como su rol social estaba vedado, esas mujeres decididas y valientes encontraron a través de sus parejas, la oportunidad de desplegar su inteligencia.

Así fue como estadistas, jefes de estado, científicos y casi todos los grandes hombres que se destacaron en el mundo tenían el denominador común de una gran mujer que los inspiró y los ayudó a alcanzar sus propósitos.

Recién después de la segunda guerra mundial se generalizó la participación de la mujer fuera del hogar. Los hombres iban a la guerra y las mujeres tenían que reemplazarlos en sus puestos de trabajo; de modo que su inclusión definitiva se hizo inevitable.

Desde siempre, fueron siempre las mujeres las que inspiraron a los hombres, las que los impulsaron a ser quienes eran y las que con su inteligencia los apoyaron.

Las mujeres, con su gran intuición, no necesitaban ser dominantes, porque su estilo era convencer con paciencia, ver lo que los hombres no veían e imaginar lo que lo que ellos creían imposible.

Esta manera de realizarse de la mujer a través de un hombre duró muchos siglos; durante los cuales no tuvo otra alternativa que no fuera ocupar un papel pasivo en la sociedad y ser considerada muy poco más que un objeto decorativo.

Las mujeres de antes aprendían idiomas, buenos modales y un instrumento musical y las más afortunadas leían los clásicos y alternaban con personajes sobresalientes del arte y la literatura. Recién adquirían cierta independencia cuando se casaban siempre que no cayeran en manos de un déspota.

No obstante, algunas mujeres lograron sobresalir y destacarse en las ciencias y en las artes.

Finalmente, a partir del siglo XX y principalmente en Occidente, las mujeres comenzaron a emanciparse y ocupar en la sociedad el lugar que les corresponde.

Ahora, ellas pueden ser capaces de competir con los hombres en todas las áreas del espectro social y asumir con plena dignidad su rol de esposa y madre.

No obstante, algunas mujeres continúan siendo la inspiración para algunos hombres, son ellas quienes los incentivan e impulsan a la acción,y eso las enaltece; porque no se trata de una manipulación caprichosa sino de compartir un proyecto común sin la vanidad de querer ser la protagonista principal.

La mujer puede ejercer una gran influencia constructiva en el hombre que ama y ayudarlo a mantener la constancia para lograr su propósito; y el hombre es capaz de realizar cualquier sacrificio por esa mujer si la ama; porque el amor no es amor si no hay entrega y porque todo es más fácil cuando se atraviesan los avatares de la vida, acompañado.

Malena