Parejas unidas pero independientes - Psicología Malena Lede




Los vínculos de pareja más armoniosos y duraderos son los que logran las personas que mantienen su independencia; que pueden tener vida propia, que como norma pueden ceder en forma equitativa, que respeten las necesidades del otro, que apoyen sus iniciativas para al desarrollo de su potencial, que acepten a sus familiares y amigos y que sean capaces de pasarla bien también estando solos.

No existe virus más letal para una pareja que ser celoso y posesivo e intentar anular y dominar al otro, porque esa actitud termina con la relación.

Los celosos con su pareja tienen poca confianza en sí mismos, complejo de inferioridad y baja autoestima y los que son posesivos tratan al otro como un objeto.

Más allá de la relación de pareja hay una vida individual para vivir, amigos para frecuentar, hobbies, recreación sana, actividades laborales, todas cosas necesarias para las personas en general; porque estar en pareja no significa estar atado ni representa el fin de la individualidad.

A veces algunas mujeres intentan recrear en su pareja la relación de dependencia que tenían con sus padres y necesitan que las acompañen a todos lados, mientras algunos hombres pueden tratar a su mujer como si fuera su madre y exige que su pareja le cocine y lo atienda como lo hacía ella.

En toda relación de pareja los cambios de opiniones son inevitables porque es normal que dos personas diferentes tengan una perspectiva distinta.

Es en esos momentos en los que hay que aprender a discutir con altura, manteniéndose firme en la propia convicción pero a la vez respetando la postura del otro.

Para conciliar opiniones se recomienda negociar, estando dispuestos a ceder en algunos aspectos pero manteniéndose en otros que no consideran negociables.

Los gritos no conducen a nada, porque no logran ni convencer ni llegar a encontrar soluciones; al contrario, sólo provocan discordia, malestar y resentimiento, por eso es mejor, cuando hay disenso, elegir un lugar neutral que no sea terreno de ninguno de los dos.

No hay que olvidar que una pareja está formada por dos personas que han tenido experiencias distintas, que vienen de hogares diferentes; y que además tienen su personalidad y su propia manera de pensar.
A la pareja hay que cuidarla como una planta, darle lo que necesita y dejarla que crezca libremente, porque esta es la única manera que existe para que dure siempre.

Las ataduras no aseguran la continuidad de una relación porque interrumpen el desarrollo individual, provocan estancamiento y convierten al otro en alguien imposible de admirar y fácil de despreciar.

Malena