Qué hacer con el maltrato de los hombres - Psicología Malena Lede




La soledad, que puede ser un fantasma difícil de enfrentar, suele impulsar a muchas mujeres inteligentes a caer bajo el dominio de hombres que se aprovechan de ellas y que además las maltratan.

El deseo de toda mujer de encontrar una pareja se va agudizando con los años en una sociedad que impone modelos de personas esculturales, atractivas, desenvueltas, jóvenes, dispuestas al sexo y a pagar sus gastos.

A medida que pasa el tiempo, estas exigencias se van haciendo más difíciles de cumplir y entonces pueden caer en las manos de hombres inescrupulosos que las utilizan para su propio beneficio.

Esta necesidad imperiosa de afecto que puede tener una mujer se convierte en una barrera que le impide ver la realidad y que puede llevarla a humillarse y permitir el abuso y el maltrato.

Obviamente, es mejor estar sola que mal acompañada de alguien violento, bebedor o drogadicto, golpeador o desconsiderado, sin embargo algunas mujeres se someten y no sólo toleran esta situación sino que también la ocultan y hasta encuentran motivos para justificarla.

La vida moderna ha permitido a las mujeres ocupar el lugar que en épocas pretéritas ocupaban los hombres. Ellas no sólo han demostrado tener capacidad para desempeñar ambos roles, sino que también han podido liberarse de muchas ataduras psicológicas y culturales que la confinaban a un rol pasivo tanto laboral como sexual.

No obstante, aunque por un lado su actual posición social y su libertad represente un merecido reconocimiento y le brinde mayores posibilidades para ser feliz, por otro lado algunas mujeres pueden experimentar la angustia de sentirse solas.

Aunque ahora pueden rebelarse y terminar una relación tóxica que las hace infelices, la necesidad de tener a alguien al lado puede resultarles acuciante y al mismo tiempo difícil de satisfacer, en una sociedad en que los hombres prefieren otros hombres, o que en la intimidad resultan ser pésimos amantes, que demuestran una actitud soberbia y competitiva o que no están dispuestos a establecer vínculos estables.

Sin embargo, aunque los hombres que conozcan no cumplan ningún mínimo requisito, el miedo a la soledad las puede obligar a creerles y a aceptarlos sin ningún prejuicio.

Estas mujeres inteligentes y valientes, que son capaces de llevar una casa y salir adelante solas con sus hijos, cuando caen bajo los efectos de una depresión ansiosa debido a la soledad, suelen aceptar sumisas el dominio de hombres que no las merecen.

Antes de aceptar a cualquier hombre, toda mujer tiene que intentar valorizarse más a sí misma y el estilo de vida sin pareja, aprender a estar sola y luego estar dispuesta y atenta para encontrar el hombre que se merece.

La bondad de la persona que conozcan tiene que ser el requisito número uno en la elección de pareja, todo lo demás viene por añadidura.

Malena