El Ansia de poder - Psicología Malena Lede




Muchas personas tienen ansias de poder, una enfermedad que aqueja particularmente a quienes tienen una gran necesidad de autoafirmarse y de demostrar a los demás y también demostrarse a sí mismos, que valen.

En general, todas las instituciones de una sociedad, tanto políticas, como educativas y culturales, fomentan la ambición de poder, o sea el orgullo de acceder a un puesto jerárquico, con atribuciones que les permitan tomar decisiones para un determinado grupo de personas, de una comunidad, de una organización, etc.

Muchos padres desean que sus hijos se destaquen, que ocupen posiciones de poder, que sean “alguien”; no se conforman con que sean quienes son y si no los pueden ver triunfar ni ocupando puestos de liderazgo, consideran que todos sus esfuerzos fueron inútiles.

El impulso de poder nace de un profundo vacío existencial que produce insatisfacción, infelicidad, inquietud y descontento y que puede llevar a una persona a arrebatar la dignidad y la individualidad a otras.

El poder necesita ser ejercido sobre alguien y casi siempre ha estado en manos de personas agresivas, autoritarias y violentas, que no aceptan que nadie interfiera en sus decisiones ni critiquen sus ideas, fruto de una manera de pensar absolutista y dogmática.

Algunos creen que llegar a ser importante es la forma de conseguir el respeto de los demás, pero no todo el mundo puede lograr ser importante, porque la competencia es feroz y muy peligrosa.

El deseo de poder nace de un sentimiento de inferioridad y la única manera de enfrentarlo para liberarse de él es centrándose en sí mismo para poder darse cuenta de cuál es su origen.

Las personas inferiores son las que suelen ocultar esa condición utilizando el poder para demostrar su valía e inteligencia, y para tener la oportunidad de dejar una huella a través del tiempo.

Alfred Adler, uno de los médicos psiquiatras más destacados del siglo XX, formuló la teoría del complejo de inferioridad para poder explicar ciertas patologías mentales.

El objetivo de su método psicoterapéutico era guiar a los pacientes perturbados emocionalmente por sus sentimientos de inferioridad, hacia la madurez, el sentido común y la utilidad social.

En general, el ser humano quiere ser alguien especial, más importante que los demás y en cualquier ámbito que frecuente luchará para alcanzar la cima, pero cuanto más luche y más triunfe, más se alejará de sí mismo y estará más preocupado por el temor al fracaso y más tenso por el miedo a ser desplazado de su lugar.

El ejercicio del poder permite satisfacer los más bajos instintos de la naturaleza humana; en buenas manos puede ser una bendición pero en manos corruptas una maldición.

Todas las personas tienen alguna clase de poder; los padres sobre sus hijos, los maestros sobre los alumnos, los esposos sobre las esposas, los jefes sobre sus empleados, etc., y siempre existe abuso de poder, porque las personas adictas al poder necesitan dominar y someter.

Malena
Fuente: “El libro del ego”; Osho