Por qué tu marido no te escucha - Psicología Malena Lede



Hay que reconocer que son pocas las personas que cuando hablan dicen cosas interesantes, porque la mayoría sólo habla para sí mismo y no le importa el otro.

Pero además, las mujeres y los hombres tienen intereses diferentes, ni mejores ni peores, sólo distintos, de modo que es difícil que una pareja, con algunos años de convivencia, en muchos casos, pueda mantener un diálogo mucho tiempo.

Es por eso, que en algún momento de la conversación y con frecuencia, alguno de los dos busque algún pretexto para evadirse y dejar de prestar atención a lo que el otro dice.

Obviamente, para que una mujer pueda lograr recuperar el diálogo con su pareja, tendrá que aprender a conocerlo mejor, saber bien cuáles son sus intereses y tratar de hablarle sólo de lo que a él le interesa.

A veces las mujeres pueden ser reiterativas y monotemáticas, hablar siempre de las mismas cosas, reducirse a temas trillados del ámbito familiar, la casa y los hijos, limitarse a hablar de sus emociones y afectos, formular reclamos, quejarse o simplemente hablar todo el día de su trabajo.
En ese caso, no sólo su marido estará aburrido de escucharla sino también todos los demás de su entorno.

Si una mujer no sale del ámbito hogareño, no lee y no se informa sobre la realidad del mundo en que vive, difícilmente tenga algo interesante para decir porque además se sentirá muy frustrada y amargada y sólo hablará para quejarse.

A todos nos cansan las personas que hablan y hablan sin parar, sin decir nada consistente, entonces nos defendemos dejando de oírlas y poniéndonos a pensar en otra cosa.

Una pareja se puede llevar muy bien sin hablar tanto; es más, a veces es importante permanecer callado y no decirlo todo, conservar un halo de misterio para uno mismo, ser más reservado, tener más vida interior y vivir más relajado sin sentirse obligado a emitir sonidos que pueden resultar molestos.

Cuando tengan ganas de hablar y ser escuchados tienen que buscar la compañía de personas que tengan los mismos intereses, que generalmente suelen ser del mismo sexo; no pretender que su pareja los escuche decir todo lo que a ustedes les interesa, conformarse con contarle todo eso a alguien que esté dispuesto a hacerlo y hasta pueda disfrutar de eso.

No hay mayor frustración que hablar de algo y darse cuenta de que todo lo que estamos diciendo cae en saco roto.

Pero en lugar de amargarse o quejarse de su pareja porque no los escucha, es mejor aprender a escuchar y hablar menos, procurar mejorar el discurso intentando ser personas más inquisitivas y curiosas, cultivando más la inteligencia, leyendo más y manteniéndose más actualizados, más relacionados y más activos.

Malena