Aprende a no ser una víctima de los demás - Psicología Malena Lede



Todos los días hay que enfrentarse con personas que exigen, critican, frustran, acosan, molestan y perturban la paz interior; son las que obligan a abandonar metas y renunciar a proyectos, las que afectan la autoestima y que parecen disfrutar de rebajar a los demás y de hacerlos dudar de sí mismos.

Para poder lidiar con esta gente no hay que dejarse llevar por las emociones que despiertan, porque de esa forma aceptamos ponernos al mismo nivel, sino elegir que el desprecio caiga en el vacío y que no nos afecte.

El problema de los vínculos patológicos que intentan herir y agredir de mil maneras a quienes los rodean, es que automáticamente todos tendemos a defender nuestro ego.

No son los otros los que producen sufrimiento sino el ego, o sea la imagen que todos ven y que todos tienen de sí mismos, que no queremos sentir mancillada.

La persona muy sensible, se siente ofendida por pequeñas señales de desatención o indiferencia, suele ser celosa, y ni bien comienza una relación se puede volver desconfiada y posesiva.

No desea compartir su pareja con familiares o amigos, se desilusiona si encuentra oposición a sus pretensiones y esto la puede impulsar a abandonarla, para luego arrepentirse porque la extraña y al poco tiempo vuelve a dejarla.

Esto la convence de ser una víctima, de tener mala suerte, de no poder encontrar a nadie que verdaderamente la comprenda.

Nadie puede hacernos daño, somos nosotros los que interpretamos las acciones de los otros y los aceptamos como retos, lo que nos obliga a defendernos y a repetir peleas estériles.

Cuando la convivencia se hace imposible, entonces es tiempo de cambiar y alejarse de los motivos de disputa, porque vivir compadeciéndose no resuelve nada.

Lo importante es aprender a no dejarse manipular por el entorno familiar prestándose a hacer lo que le corresponde a los demás y enfrentar las presiones poniendo límites.

Darse el lugar implica no renunciar a las propias necesidades y satisfacer a otros para ser querido, porque nadie puede amar a quien no se ama a sí mismo.

Cualquier cosa que estemos haciendo en esta vida es importante para nosotros y nadie tiene derecho a frustrar nuestros proyectos.

El arte de vivir es llegar a ser independiente para poder ser la persona que uno es y permitir que los demás lo sean.

Malena