Hijos de padres separados- Psicología Malena Lede



Cuando una pareja con hijos se separa, esto no implica que la separación incluya a los hijos, porque parejas puede haber muchas pero los hijos son para siempre.

Esto solamente es posible si existe una buena relación con quien tiene la custodia de los niños, que por lo general es la madre, y si se aprende a superar viejas disputas y antiguos rencores y si son capaces de pasar por alto con paciencia, algunas comprensibles actitudes de aprensión o de desconfianza de sus ex parejas.

Una vez ganada esa confianza, lo más normal es que mejore la relación, se entiendan y no haya más dificultades. Pero antes hay que tener la suficiente fortaleza para esperar este cambio.

Los chicos se conforman con bastante poco, a todos les gusta ir a los locales de comidas rápidas, a tomar un helado o al cine. Es fácil cumplir estas modestas exigencias y hasta se puede disfrutar de ellas.

Nunca hablarán con sus hijos ni bien ni mal de sus ex parejas cuando salen con ellos, ni les harán preguntas de ningún tipo, porque a los chicos los ponen entre la espada y la pared obligándolos a tomar partido por uno de los dos; tampoco les deben mandar mensajes por su intermedio, porque lo que querían decirles seguramente sufrirá una distorsión.

A veces, es difícil resistir la tentación de eludir la propia responsabilidad llevando los chicos a la casa de los abuelos. Eso no es ni justo ni conveniente, porque los abuelos tienen el derecho de elegir cuando ver a sus nietos y los niños, aunque sean muy pequeños, se dan cuenta que los padres prefieren estar solos que con ellos.

Hay que reconocer que no todas las personas tienen vocación para ser padres, la mayoría de las veces la gente tiene hijos porque eso es lo que suponen que tienen que hacer y por supuesto, luego, los chicos les molestan. Pero si se han separado de sus cónyuges, tienen que saber que para los hijos, la separación de sus padres condiciona su desarrollo normal, puede resultar muy cruenta y producir un severo trauma que incluso puede cambiar sus destinos; de modo que lo menos que pueden hacer sus progenitores es intentar reparar ese posible daño con la mejor disposición.

Muchos padres se aburren con sus hijos y los van a buscar por obligación porque se sienten culpables; no se les ocurre pensar que sus hijos también se pueden aburrir mucho con ellos si es que no hacen el mínimo esfuerzo para planear una salida divertida que todos podrían disfrutar.

A los niños solemos subestimarlos, no siempre nos damos cuenta que son como adultos pequeños y que muchas veces razonan mucho mejor que nosotros.

No sólo se trata de zafar lo mejor posible gastando mucho en las salidas para quedar bien, los chicos también se pueden divertir si les dan responsabilidades, por ejemplo, llevándolos a sus propias casas y dejarlos que participen en la preparación de la comida o ayudándolos con cualquier otro quehacer.

Pueden salir a andar en bicicleta o a correr, llevarlos a lugares no convencionales como ir una biblioteca o realizar una visita guiada, tomar el bus de turismo para recorrer la ciudad, ir a una pileta, al Jardín Botánico, al Zoológico o al Planetario, llevarlos al Teatro Colón y si llueve tener una buena película en casa para ver por televisión.

Si planifican las salidas se sentirán mejor, ninguno se aburrirá y de esa manera evitarán todos sentirse desilusionados y frustrados y estarán esperando con impaciencia que se repita.

Malena