Cada vez que me enamoro me equivoco-Psicología Malena Lede



La tendencia habitual en cuanto a parejas se refiere, es sentirse atraído siempre por el mismo tipo de persona, aún en el caso de haber sufrido varios desengaños.

Aunque muchos suelen aprender de las experiencias dolorosas, todavía existen quienes conscientes o no, vuelven a enamorarse del mismo tipo de persona, recreando los mismos patrones de comportamiento que los hicieron sufrir.

¿Por qué se vuelven a repetir errores del pasado que han hecho infeliz? ¿Por qué no se pueden cambiar los planes de acción cuando éstos no resultan eficaces?

A veces, ese impulso malsano de repetir experiencias dolorosas es parte de un condicionamiento emocional de la infancia que permanece inconsciente pero listo para salir a la luz ni bien aparecen las señales que obligan a auto castigarse.

Este modo rígido de actuar también se da a nivel laboral, cuando se vuelve a buscar el mismo tipo de ocupación, a pesar de haber fracasado.

¿Cómo salir de ese círculo vicioso? ¿Cómo cambiar de estrategia cuando el cerebro se empeña en volver a reiterar el mismo patrón?

Empezar a creer que todos nos merecemos lo mejor es una buena forma de elevar la autoestima para poder ser capaces de cambiar y recordar que los opuestos se atraen y que el que es bueno por naturaleza puede sentirse atraído por personas violentas, agresivas e inestables, también puede resultar útil para no volver a caer en la misma trampa.

Una persona seductora necesita que le confirmen continuamente que es irresistible, por lo tanto, suele buscar parejas que la hagan sentir admirada pero que también podrán ser celosos y posesivos y amargarles la vida con escenas de violencia.

La mujer maravilla, buena para todo, capaz de resolver cualquier problema, luchadora y llena de energía, se puede sentir atraída por hombres potentes a quienes poco a poco irá anulando para finalmente tomar el mando y dominarlos.

La mujer que busca seguridad es la que sin darse cuenta está creando su propio aburrimiento; y la que se adapta a todo sin ningún esfuerzo también quedará sofocada por la rutina.

La mujer vulgar y transgresora, dispuesta a engañar a su pareja en busca de nuevas sensaciones, tendrá solamente relaciones ocasionales porque nadie la tomará en serio.

El hombre dedicado exclusivamente a su trabajo, que siempre está dispuesto a sacrificarse por la empresa y que da por sentado que en su casa siempre lo va a esperar una mujer abnegada y solícita, también se equivoca, porque puede llegar a perderá, no obstante, seguirá buscando otra igual arriesgándose nuevamente a desilusionarse.

La mujer sacrificada dedicada totalmente a su pareja y a sus hijos, que se ha postergado a sí misma en aras de la familia y que ha apoyado a todos en sus momentos de debilidad, pocas veces será reconocida y muchas ignorada.

La mujer controladora que quiere educar a sus parejas según su juicio, terminará asfixiada por las propias estructuras y reemplazada por otra más joven y menos rígida.

La mujer que siempre se involucra con hombres casados con hijos que les prometen que dejarán a su familia, esperará toda la vida y finalmente terminará sola.

Darse cuenta de cuál es el condicionamiento que nos lleva a repetir errores es la clave.

Malena