Mi marido es infiel. ¿Qué hago? - Psicología Malena Lede



En el mes de Diciembre de 2013 escribí en este mismo blog un artículo con el título “Qué hacer cuando tu pareja te engaña”. Como respuesta, he recibido hasta ahora 1228 comentarios que salvo alguna diferencia, dicen más o menos lo mismo.

He tratado de contestarles a todos teniendo en cuenta la situación de cada uno, porque aunque el acto de infidelidad no cambia y se asemeja en todos los casos, la situación de la pareja puede ser distinta; porque no es lo mismo la infidelidad en una pareja informal que se conoce hace unos meses, que en otra pareja, casada hace algunos años con hijos.

Cuando se trata de una relación de poco tiempo, cuando todavía no se conocen bien y pueden existir dudas tanto en uno como en el otro, decidir qué hacer depende de la persona que sufre la infidelidad, o sea si está dispuesta a continuar una relación que probablemente le podría deparar en el futuro otro disgusto similar o raramente no.

La infidelidad es una actitud desleal que expresa claramente deshonestidad, poco interés en las consecuencias ni en la opinión de los demás.

El infiel también puede tener otras conductas deshonestas, como no cumplir con los compromisos adquiridos, no pagar las cuentas, estar acostumbrado a contraer deudas, mentir por cualquier cosa, trivial o seria, o engañar sutilmente para no responsabilizarse de sus propios hechos.

Esta actitud forma parte de la personalidad infiel, que en conjunto forma un todo coherente, porque suele ser infiel en todo.

Estas personas son capaces de jurar por sus propios hijos que no son culpables, aunque las pruebas de su infidelidad sean irrefutables, porque ellos mismos son los primeros en convencerse de haber sido seducidos y de ser inocentes

Aunque existen muchas mujeres liberales que están buscando una relación sin compromiso y persiguen a los hombres casados, no todos a los que intentan seducir caen en sus redes; porque solamente aprovechan la oportunidad quienes son capaces y también están buscando una aventura.

La actitud infiel no es algo que surge espontáneamente un día por casualidad sino que siempre está presente en la mente de una persona con esos valores, de modo que si es la primera vez que lo descubren seguramente no ha sido la única ni tampoco será la última.

Los infieles suelen atraer a las mujeres que tienen a mano, en la oficina, en el negocio, en su misma casa, porque hasta pueden aprovecharse de sus propios familiares.

Ni bien conocen a un hombre, las mujeres pueden darse cuenta qué clase de persona es y si algún día podría serles infiel. Claro que tienen que ser fuertes para eludir su fascinación y mirar para otro lado, pero esa fortaleza es la que les permitirá elegir como pareja a una mejor persona.

La lealtad es un valor que se aprende en la infancia, viendo cómo actúan las personas significativas que los rodean, y no sólo se circunscribe a la relación de pareja, también se puede ser desleal en los negocios, en el trabajo, con los amigos y con cualquier otra persona que conozcan y tengan oportunidad de engañar para sacar algún provecho.

Por todas estas razones, en primer lugar elijan bien a sus parejas, más por los valores que respetan que por la cara que tienen, porque los pícaros especulan con su encanto y son como las aves de rapiña, que intentan convertir a todos los que están a su alcance en sus víctimas.

Luego, si ya están conviviendo con una persona infiel, entonces pueden elegir dos opciones, ignorar sus aventuras mientras no afecte su relación y no darle importancia, o hablar para resolver de algún modo esa situación, de la manera que resulte menos cruenta.

Pocas veces la infidelidad se produce una única vez, pero cuando ello sucede, lo mejor es perdonar, si el que ha engañado pide perdón. Pero si se perdona tiene que ser para siempre, sin rencores ni resentimientos.

Malena