Amores imposibles - Psicología Malena Lede



Siempre hay personas capaces de dejarse llevar por sus impulsos y de involucrarse sentimentalmente en una relación sin futuro.

No pueden razonar y aunque se dan cuenta que pueden llegar a sufrir, prefieren seguir adelante cegados por el amor.

Tanto hombres como mujeres aceptan relacionarse con personas casadas y con hijos que seguramente nunca dejarán a sus cónyuges, con la mujer del mejor amigo o con el esposo de la mejor amiga, con personas que viven en otras ciudades con pocas posibilidades de contacto frecuente, con mujeriegos empedernidos, con mujeres fáciles, con bebedores o drogadictos que no están dispuestos a dejar su adicción, con delincuentes que huyen de la justicia, etc.

Una persona que acepta vincularse con alguien así, tiene alterado su sentido crítico, no puede reconocer lo que todos a su alrededor ven con claridad y se empeña en justificar o dudar de la veracidad de todo lo que pueda distorsionar la imagen de quien cree amar con desesperación.

Si se enamoran de alguien casado que les promete divorciarse, les creen todo lo que le dicen y aceptan todas sus excusas, aún las más pueriles, y siendo personas maduras e inteligentes se dejan manipular y engañar.

A veces se trata de relaciones que duran años, siempre basadas en la espera interminable del hipotético día en que se resuelva la situación conflictiva que es la que supuestamente no permite concretar las promesas.

Los problemas económicos que se desencadenan en un divorcio pueden ser difíciles de enfrentar, de manera que aunque a un hombre o una mujer no le interese convivir con su cónyuge, y desee formalizar con otra pareja, muchas veces está obligado a quedarse en ese hogar por cuestiones de dinero.

Las adicciones hacen imposibles las relaciones, porque los adictos pierden el control bajo los efectos de las drogas o el alcohol, abandonan su trabajo, roban, desaparecen varios días, no pueden asumir ninguna responsabilidad y aunque exista su promesa de no reincidir con la adicción, solamente un tratamiento que deberá mantenerse de por vida, puede dar resultado.

Los hombres mujeriegos se pueden detectar en la primera salida. Su actitud de perpetua conquista los domina y no pueden evitar seducir siempre, cada momento de su vida.

Un mujeriego ha aprendido el arte de seducir a toda persona que se relaciona con él, cualquiera que sea. Los peores son los vendedores, los promotores, los animadores o los actores, que están seguros de su atractivo y que suelen estar enamorados nada más que de sí mismos.

Un vendedor siempre está vendiendo aunque no quiera, principalmente su imagen; y un actor, ¿cómo saben si cuando está con ustedes no está actuando? Acaso ¿logran alguna vez despegarse de sus personajes y ser ellos mismos?

Las mujeres se sienten muy atraídas por este tipo de hombres a pesar de la competencia y por supuesto ellos no pueden resistirse.

Sentirse atraídos por la esposa de un amigo o por el marido de una amiga, es bastante común; pero de allí a atreverse a concretar una aventura, es un acto de deslealtad que les provocará mucha culpa y padecimientos, ya que no sólo perderán a esos amigos sino también la confianza de todos los que conocen.

El amor es inversamente proporcional a la distancia, o sea a menos amor más distancia y a más amor menos distancia.

Cualquier tentativa obligada o intencionada de alejarse por distintos motivos, está expresando poco interés en una relación que seguramente sufrirá las consecuencias.

No existe un motivo que justifique la separación prolongada de una pareja que realmente se ama, porque siempre podemos elegir y en el último de los casos se pueden ir o quedarse los dos.

Nosotros somos los únicos responsables de todas nuestras elecciones y no podemos echarle la culpa a otro, principalmente porque en el fondo todos sabemos de antemano, cuándo una pareja invariablemente nos hará la vida imposible.

Malena