Por qué el amor no los hace felices - Psicología Malena Lede



El amor es el tema que más ha ocupado a la humanidad. Se han escrito muchos libros sobre el amor, ha inspirado a muchos poetas, existen muchas canciones relacionadas con el amor; películas y obras de teatro, sin embargo existe poco amor en el mundo pero sí mucho egoísmo.

El amor es el instinto de vida, decía Freud, es el deseo por la vida que está dentro de cada uno de nosotros.

El mundo sería muy diferente si el amor no fuera sofocado por los intereses, por la cultura, por el egoísmo y por todas las demás obras humanas.

Solamente cuando la pasión se transforma puede nacer el amor profundo, un amor a nivel del espíritu.

El amor genuino siempre está dispuesto a ceder, a dar, a compartir, a consolar, a hacer feliz al otro; se enriquece con la generosidad, no especula ni saca ventaja sólo busca más amor como recompensa.

El ego necesita comodidades, confort, poder, diversión y aunque consiga todas esas cosas, nunca estará conforme.

El amor es un estado de ser y no una cuestión de relaciones. Una persona puede haber tenido muchas relaciones pero nunca haber experimentado amor.

Si el amor es sólo una emoción, es inestable porque las emociones cambian y puede no alcanzar nunca un nivel espiritual más profundo.

Sólo el nivel espiritual del amor es estable, no cambia, está en calma y es eterno. En el caso del amor de pareja es cuando un hombre y una mujer se han hecho uno.

Sin embargo, las parejas en general, siempre están en conflicto y ninguno de los dos puede entender cuál es la verdadera razón de esos conflictos. Se exigen mutuamente, fidelidad, dedicación, apoyo y son posesivos y celosos, pero no son capaces de ponerse en el lugar del otro.

Ambos se aburren, tienen dudas, piensan que se han equivocado y creen que podrían tener una mejor relación con otra persona; sin embargo, si tuvieran la posibilidad de cambiar de pareja la situación no sería diferente.

La causa de los conflictos no tiene nada que ver con una persona u otra, sino con el hecho de no estar dispuestos a aceptar el inevitable cambio de la pasión en amor verdadero.

Hay que tener presente que no somos objetos ni cuerpos para usar y tirar, también somos un alma con la posibilidad de acceder a estados superiores de conciencia.

Cuando las relaciones humanas puedan alcanzar el nivel espiritual, entonces comenzará una nueva era en la que florecerá una nueva humanidad capaz de experimentar la trascendencia. Mientras tanto el amor será sólo una quimera, algo inalcanzable para todos los que suelen pensar sólo en sí mismos.

Malena

Fuente: Osho, “Del sexo a la superconsciencia”