La Comunicación de la pareja - Psicología Malena Lede



Mandar pequeños mensajes con el celular no significa que una pareja tenga buena comunicación o que sienta más amor, también podría interpretarse como una práctica persecutoria.

Las chicas se preocupan cuando sus novios ya no les mandan mensajes ni son tan demostrativos como antes.  Creen que ya no las aman o peor aún, que están con otra.

Esas demostraciones escritas durante una pausa laboral o viajando en el subte, cuando no se puede parar de pensar y la ansiedad no permite estar sólo consigo mismo, suelen estar vacías de contenido, porque lo que realmente demuestra el amor que se siente no son las palabras sino los hechos.

Los enemigos del diálogo de las parejas son expresiones que muestran con gran fidelidad las fallas de carácter que tienen las personas,  como las exigencias disimuladas, las  críticas solapadas, las amenazas sutiles, los gestos de autoridad o de  intolerancia, la falta de flexibilidad, los cuestionamientos innecesarios, la desconfianza, los insultos o los consejos personales inútiles.

Todas esa pequeñas grandes cosas que se dicen,  aparentemente sin querer, parecen querer transmitir con fatal fidelidad los verdaderos sentimientos.

La forma de comunicarse dice mucho de nosotros mismos,  por eso, antes de hablar hay que pensar porque las palabras pueden causar heridas muy profundas y malograr un vínculo sincero.

Hay que aprender a escuchar dándole al otro la oportunidad de expresarse, sin prejuzgar, para poder tal vez descubrir que ambos tienen más cosas en común de lo que creen.

Después de haber sufrido algún desengaño amoroso  muchos suelen perder la confianza en sí mismos y en los demás y volverse inseguros y suspicaces.  Entonces, cuando tienen la oportunidad de conocer a una nueva pareja tienden a percibir señales amenazadoras que seguramente distorsionará la comunicación entre ellos y volverán a repetir patrones que no les sirvieron.

Una relación siempre implica un compromiso, incluso cuando la intención no sea esa, porque puede producir consecuencias que no fueron programadas pero que obligan a actuar con responsabilidad.

Por esta razón hay que hablar antes de actuar, saber quién es la persona con la que nos estamos relacionando, conocer todo lo posible de esa persona y saber sus intenciones. 

La única manera de eludir futuros problemas es conocerse, hablar con sinceridad y estar dispuestos a hacerse cargo de la responsabilidad que implica una relación.

La comunicación fluida es indispensable desde el primer momento. Decirse mutuamente qué es lo que cada uno espera del otro,  lo que está dispuesto a dar y  lo que pretende recibir.

Hablar nos permite descargar tensiones, terminar con los diálogos internos y las dudas, superar los obstáculos, reconciliar diferencias y saber mutuamente lo que pensamos.  Hablar de todo, sin pelos en la lengua.

La vida es pura incertidumbre y los problemas surgen día a día,  pero siempre podremos enfrentar cualquier desafío confiando en nosotros mismos y reconociendo que la verdadera felicidad en pareja se alcanza intentando hacerse felices mutuamente.

Malena Lede - Psicóloga