La meditación, la mejor y más fácil forma de meditar- Psicología Malena Lede




En Occidente, para tener éxito, nos enseñan que hay que luchar, pero  cuanto más luchamos más tensos estamos.

En Oriente para poder dar lo mejor de uno mismo,  enseñan a estar relajado para ser más conscientes de uno mismo y de todo lo está ocurriendo alrededor; a estar alerta sin esfuerzo y aceptarnos tal como somos en lugar de desear ser como los demás.

Recobramos la salud cuando dejamos de intentar impresionar, de defendernos o de justificarnos; cuando nos liberamos de las reacciones automáticas y podemos elegir cómo responder.

La libertad es para Ser quien uno Es y para vivir espontáneamente siendo plenamente conscientes.

Recién cuando aprendemos a amarnos a nosotros mismos podemos amar a los demás.

Si se comprometen a practicar esta meditación durante siete días, podrían llegar a ser personas distintas.

La meditación consiste en ser no en hacer, ni pensar ni sentir.  Enseña primero a Ser y luego a hacer manteniéndose centrado.

Permite vivir más intensamente, estar más alegres, más creativos y menos confusos.

Meditar es observar  y el primer paso es ser el observador del propio cuerpo, de cada gesto, de cada movimiento.

De esta forma el cuerpo se siente más relajado, más armónico con una profunda paz.

El segundo paso es observar y ser conscientes de los pensamientos, que son los más peligrosos.

El tercer paso es observar los sentimientos, las emociones y los estados de ánimo.

Cuando estos tres pasos se cumplen, se puede llegar a la cuarta etapa que convierte a la persona en un ser despierto, consciente de su propia conciencia, el estado de beatitud de un Buda.

En este estado, el cuerpo conoce el placer, la mente la alegría y el corazón la felicidad.

La transformación se produce cuando el observador se convierte en lo observado, el que mira se convierte en lo mirado.

Malena Lede – Psicóloga

Fuente:  “Meditación – La primera y última libertad”; Osho.