Qué hago si todavía amo a mi ex - Psicología Malena Lede




Cuando se cambia de perspectiva y se ven las cosas desde afuera todo parece diferente, entonces se comienza a dudar de las propias decisiones.

El amor y el odio son sentimientos ambivalentes,  que se transforman mutuamente uno en el otro según las circunstancias.  Por esta razón, tomar la decisión de dejar a una pareja debería ser un acto responsable basado en motivos que lo justifiquen plenamente; y más aún si esa decisión afecta también a los hijos que hayan tenido en común.

No siempre la separación de una pareja es la mejor solución, principalmente cuando los motivos parecen importantes pero que si se toma distancia se puede reconocer que no lo son.
 
Muchas veces se trata de aprender a convivir, a respetar la individualidad del otro, a aceptarlo como es, a ser más tolerante y paciente; y a reconocer sus cualidades positivas, que fueron seguramente las que en su momento lo sedujeron.

Cuando se trata de parejas de varios años las separaciones suelen ser muy cruentas y casi nunca se puede estar del todo seguro de tal decisión.

Al principio podrán sentir algún alivio pero pasado un tiempo será inevitable que ambos se extrañen hasta el punto de arrepentirse de haberse separado.

Todos tenemos fallas de carácter y muchas veces dos personas que ha convivido durante mucho tiempo, por distintos motivos,  pudieron tener reacciones objetables, como ofenderse o insultarse mutuamente en momentos de descontrol, pero mientras haya experiencias buenas siempre se puede seguir creyendo en esa relación.

Es común que las personas que se separan, después de un cierto período de tiempo vuelvan a formar pareja; y más común todavía que hagan comparaciones y que lleguen a darse de cuántas cosas buenas perdieron que no van a poder recuperar.

No se puede comparar a una persona con otra porque seguramente no tendrá los mismos defectos, pero tendrá otros que podrían ser aún peores.

Una separación sólo se justifica por hechos graves como la violencia, las adicciones, el engaño o la  incapacidad para ganarse la vida y ser independientes.

Siempre existe el riesgo de conocer parejas violentas, adictas al alcohol, a las drogas o al juego, que son desleales e incapaces de trabajar; pero todas estas características son muy difíciles de ocultar y surgen desde el primer día, por eso es importante que antes de intimar,  ambos tengan  oportunidad de conocerse.

En la actualidad son cada día más las parejas que se separan.  Podría ser   que muchas de esas relaciones hayan comenzado al revés, que primero hayan intimado y que se hayan conocido después.
La atracción física nunca es suficiente, se necesita mucho más para que un vínculo resulte estable y duradero; como capacidad de amar y de trabajar, responsabilidad, empatía, compatibilidad, admiración mutua,  carácter,  educación, humor y hábitos saludables.

El éxito o el fracaso de la vida en pareja, depende casi siempre, de uno mismo, de ser capaz de construir una relación sin egoísmos.

Pero una vez que se toma la decisión lo mejor es tener la fortaleza para mantenerla, porque esas idas y venidas destruyen la autoestima  y la confianza en uno mismo.

Malena Lede - Psicóloga