Interferencias entre la pareja y sus familias - Psicología Malena Lede




Una pareja que decide vivir en común ha decidido también madurar e independizarse de su familia.

Cualquier interferencia familiar tiene que ser resuelta y aprobada por ambos y no resolverse individualmente, como si el otro no existiera.

Si se trata de hospedar por tiempo indefinido a alguno de ellos y ambos aceptan, luego tendrán que mantener la palabra y tolerar personas que no  les agradan.

Por eso es importante pensarlo bien y si es necesario, ayudar a la familia de otra manera que no implique la invasión de su propia casa y el deterioro de su relación de pareja.

Siempre existen alternativas, más cuando la casa en que viven pertenece a uno solo y no a los dos y que el dueño no sea el familiar directo de los huéspedes.

¿Qué hacer cuando se ha dado el paso equivocado y ya se tiene a las personas indeseadas adentro?

Tendrán que hablar con su pareja e intentar entre los dos encontrar la solución más adecuada que conforme a todos.

Los problemas hay que enfrentarlos, no soportarlos, porque si no se enfrentan se mantiene el conflicto y se prolongan las discusiones y el sufrimiento.

Para salir de un conflicto hay que tomar una decisión, porque es la decisión la que elimina para siempre el conflicto.

En este caso se deberá tratar de tomar la decisión más equitativa para todos, porque tienen que pensar que no solamente la pareja invadida no es feliz sino también no son felices sus huéspedes.

Poner el énfasis en la comodidad de ellos es la mejor forma de evitar que se ofendan y también puede ayudar el dinero, como por ejemplo colaborando con los gastos que implique mudarlos a alguna pensión o a alguna casa de familia cercana que disponga de una habitación para alquilar.

Piensen que estos problemas ocurren cuando las parejas no tienen el correcto sentido de las prioridades cuando están juntos.

Porque una vez que se decide pasar a otro nivel e irse a vivir con quien se ama las prioridades cambian.  En primer lugar está la pareja, en segundo lugar están los hijos, si los hubiere, y en tercer lugar la familia biológica de ambos.

Este orden de prioridades conserva las distancias y pone cada uno en su lugar, porque cuando los roles se desempeñan correctamente se termina con las expectativas erróneas de la familia de volver al estado anterior de la relación y se evita que los sigan tratando como niños.

Este modo de desalentar las expectativas de los familiares de mantener el primer lugar en el corazón de sus hijos es el que les garantizará a ustedes su respeto y es lo que los impulsará a ellos a alejarse cuanto antes si es que se han adueñado de sus casas.

Con esta actitud se podrán sentir justos y equitativos, habrán defendido a su hogar de la intromisión de otros, consolidarán su vínculo y tendrán la sensación de estar por fin tomando las riendas de sus vidas y la definitiva independencia que necesitan.

Malena Lede – Psicología Malena Lede