Me pega pero no lo puedo dejar - Psicología Malena Lede




Un golpeador pocas veces cambia, porque es una conducta que se aprende en la infancia, un condicionamiento adquirido de niño por haber sido golpeado por los padres o viendo al padre golpear a la madre. 

La mujer que está en pareja y es golpeada por primera vez por su novio o esposo tiene que saber que si no hace algo será su conducta habitual, que cada discusión terminará en forma violenta e irremediablemente él no podrá contenerse y la golpeará.

Frente a este abuso toda mujer tiene que advertir al hombre que la golpea que la próxima vez que lo haga se irá y esa no debe ser sólo una promesa, por más amor que le tenga tendrá que actuar para evitar arriesgarse a que un día él la mate.

Ninguna mujer puede ignorar cuántas mujeres son víctimas de la violencia de género, la crónica diaria nos revela diariamente numerosos casos de violencia hogareña y advierten sobre el peligro que corren muchas mujeres  viviendo con hombres que las golpean por cualquier motivo y a veces sin motivo alguno sólo porque no les gustó su mirada.

El problema es que esas mujeres piensan que aman a sus parejas aunque les peguen y tienen tan baja la autoestima que creen que se merecen ese  castigo y los justifican, es más, se niegan a denunciarlos.

Existen muchas relaciones perversas, porque después del castigo es muy probable que hagan el amor.
Al margen de las motivaciones inconscientes de esta conducta, tienen que pensar en sus hijos que seguramente serán futuros golpeadores y harán lo mismo.

Tengan en cuenta que la primera vez que un hombre les pegue tiene que ser suficiente para advertirle que la próxima vez que las golpee lo denunciarán o que dejarán la casa y se llevarán a los niños si es que están en condiciones económicas como para tomar esa decisión y si tienen dónde ir.

No se puede tolerar la violencia porque se convierte en un modo de relación, una forma de dominio que afecta toda la relación familiar, particularmente a los hijos.

Los hijos son los que tienen que ser testigos de esa violencia sin poder hacer nada y esa experiencia puede provocarles problemas en la escuela, dificultades de aprendizaje o mala conducta.

No se dejen pegar, la violencia no se puede justificar y produce efectos graves, porque se comienza a los golpes de puño y se termina con la vida de una persona con un cuchillo.

Malena Lede (Psicóloga)