Por qué soporto a un holgazán - Psicología Malena Lede




Mientras los animales viven e n mundos cerrados, prisioneros de sus instintos,  los humanos pudieron distinguirse por ser seres libres que fueron capaces de utilizar herramientas y su inteligencia para trabajar, crear su propio mundo y evolucionar.

A través de muchas generaciones, el esfuerzo tanto de hombres como de mujeres hizo posible el desarrollo de muchas civilizaciones avanzadas y la creación de distintas culturas.

Pero no todos los individuos se logran adaptar al trabajo y hacer el esfuerzo que se necesita para poder bastarse a sí mismos, algunos nunca se independizan, primero viviendo a costa de sus padres y luego a cargo de sus propias mujeres.
Son hombres que por lo general no suelen tener ambiciones, ni proyectos y se conforman con lo que consiguen, viven el momento y pocas veces piensan en el futuro.

Pueden haber sido estudiantes crónicos que obligados por sus padres fueron a la Universidad  pero sólo para calentar el asiento y donde a veces tienen la suerte de relacionarse con alguna mujer que usualmente es su opuesto, o sea estudiosa, aplicada y con amplias posibilidades de conseguir un título.

Estos son hombres que  cuando un día tienen forzosamente que salir a trabajar, sólo pueden desempeñar tareas menores que tampoco son capaces de cumplir.

Pueden ser holgazanes pero no estúpidos y aunque su condición sea difícil de aceptar, siempre pueden conquistar a algunas mujeres atraídas por la idea de ocupar su lugar.

El estudio de las relaciones sociales mostró que los conflictos familiares más graves se producen cuando alguno de  sus  miembros no cumple con su rol, o sea con lo que la sociedad espera de él.

Esto suele ocurrir frecuentemente,  cuando la madre hace de padre y madre, cuando el padre hace de hijo de su mujer o cuando el hijo mayor asume el rol de él.

Las mujeres que soportan a una pareja así pueden haberse enamorado de alguna oculta cualidad pero también pueden tener baja autoestima,  haberse convencido, por alguna razón,  que se merecen un hombre así, o tal vez creyeron que era su única oportunidad.

En estos casos, cuando se llega a concretar la unión, en poco tiempo estará condenada al fracaso,  cuando esa ingenua mujer tenga que enfrentar sola los desafíos cotidianos, como pagar el alquiler y todos los gastos de su casa como si vivieran solas pero con la carga de un hombre que no hace nada,  con la excusa que no encuentra trabajo.

Con el tiempo estas relaciones se deterioran hasta llegar a límites insostenibles, que es cuando la mujer se da cuenta de la situación y toma la decisión de liberarse.

Cuando hay hijos es más difícil resolver este conflicto, pero también suel e ocurrir que el individuo oponga resistencia y no quiera abandonar el lugar donde viven, provocando situaciones de violencia.

Ayudarlo a encontrar una ocupación y tal vez un lugar para vivir puede ser útil para lograr un mutuo acuerdo, sin rencores ni resentimientos.

Estas también son experiencias de vida que se podrían evitar si además de pensar con el corazón las mujeres pensaran también con la cabeza, porque es imposible no darse cuenta de cómo es realmente una persona cuando se la trata y se la conoce.

A veces son hombres que no duran en sus trabajos, que tienen problemas de carácter y se pelean con sus jefes, que no pueden respetar jerarquías ni tampoco que les den órdenes, que hacen su trabajo sin ganas y que no asumen ninguna responsabilidad.

Otras veces son idealistas que ven la cosas desde arriba, pseudo intelectuales que están en contra de todo y a favor de nada, que como no son capaces de competir renuncian a intento y se dedican a la crítica.

Estos idealistas suelen adherirse a grupos violentos y considerar los actos de terrorismo como oportunidad de defender sus ideales cuando en realidad están ocultando su inoperancia y su incapacidad de adaptarse.

Son muchos los hombres que no se comprometen con un trabajo y que sólo los impulsa el sueldo que van a cobra a fin de mes.  La prueba está que cuando ingresa a trabajar alguien inteligente e interesado en progresar, es el primero en ser ascendido y por supuesto en ganarse la envidia de  los demás.

El trabajo para el hombre es más que una necesidad, puede ser el que le da sentido a su vida y el que le brinda la oportunidad de cumplir su rol en la sociedad con dignidad.


Malena Lede - Psicóloga