La falta de compromiso - Psicología Malena Lede




El compromiso personal se crea a partir de una obligación contraída, de la palabra dada o de la fe empeñada. 

Representa la responsabilidad moral o afectiva de satisfacer la expectativa generada por nuestra conducta que crea una obligación.

La falta de compromiso indica ausencia de convicción, indecisión y temor; mientras que el compromiso significa defender las propias ideas y tomar partido, involucrarse en todo lo que se hace, en el trabajo, en el amor, en la política y en cualquier otro vínculo  que implique hacerse cargo de una situación y responder adecuadamente a los requerimientos y consecuencias de la propia acción.

Hay personas que se comprometen totalmente con todo lo que hacen en la vida y otras que prefieren permanecer indiferentes y evadir en lo posible las responsabilidades laborales o afectivas.

Elegir no arriesgarse en la vida por miedo a la frustración o al fracaso, puede hacer que uno se sienta más seguro, pero al mismo tiempo no permite disfrutar; porque la capacidad de gozo es proporcional al grado de compromiso que uno asuma  y porque las cosas que nos resultan indiferentes, aún siendo gratas, no nos proporcionan emoción alguna.

El que no se compromete con su trabajo, hará su tarea siempre al mismo ritmo, tenga mucho o poco que hacer y tampoco tendrá interés en ayudar a sus compañeros porque elige no involucrarse con los objetivos de ninguno.

Tomar parte en una discusión implica comprometerse con una postura para poder dar una opinión según los propios principios, pero los indiferentes prefieren no participar, alejarse o actuar con la diplomacia suficiente como para salir indemne sin darle la razón a ninguno.

El que mantiene una relación afectiva sin definirse nunca,  con el argumento de no estar seguro o de no estar suficientemente maduro,  está eludiendo el compromiso y dejando la puerta abierta para poder desligarse de la relación a su antojo.

La persona comprometida no se conforma con ver pasar la vida a su lado sin hacer nada, va a la búsqueda de lo que desea con la esperanza de lograrlo.

El que no se quiere comprometer es egoísta porque sólo piensa en sí mismo y carece de empatía, sensibilidad y compasión.

Malena Lede – Psicóloga