La Falta de Diálogo en la Pareja - Psicología Malena Lede




No todos han podido aprender de sus padres una buena comunicación de pareja, ni tampoco han tenido la oportunidad de desarrollar esa habilidad en la escuela; no obstante, nunca es tarde para aprender a comunicarse mejor.

Es importante que la pareja pueda disponer del tiempo y del lugar apropiado para hablar, ya que las obligaciones cotidianas pueden cortar el diálogo entre ellos y malograr la relación.

Siempre preocupan más los propios sentimientos y necesidades que lo que pueden sentir o necesitar el otro. 

Si se tiene conciencia de esta debilidad, cada vez que se dispongan a dialogar, tendrán que demostrar interés en escuchar y dejar hablar al otro de sus inquietudes y necesidades.

Es deseable tratar de orientar la conversación hacia lo positivo, o sea lo que han logrado y no lo que anhelan o les falta, porque predispone a una mejor respuesta y genera mayor disposición al diálogo.

Lo importante es lograr focalizarse en el presente e intentar demostrar el amor y la comprensión que sienten.

Hablar con sinceridad y sin ambigüedades permite el entendimiento entre dos personas que se aman y minimiza los conflictos.

Los defectos del otro no resultan tan hirientes si se señalan con humor y cuidando el tono de voz, lo que facilitará el diálogo y alejará la posibilidad de una discusión.

Es importante saber pedir sin exigir ni obligar, dejando al otro la posibilidad de elegir.

La negociación es la mejor manera de terminar con las discusiones estériles, sabiendo que para obtener es necesario estar dispuestos a ceder.

Una sospecha no es suficiente para acusar o juzgar,  lo mejor es conocer qué tiene que decir el transgresor sobre el particular, porque los insultos y las recriminaciones serán inútiles.

Es necesario aprender a decir lo que uno necesita en lugar de señalar las falencias del otro, ya que con sus actitudes, esas falencias resultan obvias.

Los problemas se pueden resolver uno a uno, evitando juzgar e interpretar conductas basados en el propio juicio y no en los hechos.

Las sugerencias suelen tener mejor receptividad que las órdenes, ya que las demostraciones de poder o las amenazas nunca son bien recibidas.

El pasado se puede dejar atrás con el perdón y aprovecharlo para aprender a no volver a cometer los mismos errores.

El otro es como es, nunca será perfecto ni tampoco cambiará demasiado, por eso, lo único recomendable es aceptarlo como es.

Aprende a ser agradecido por todo en la vida, por las metas cumplidas,  por todo lo que tienes, por el amor que inspiras y por todas las experiencias y los momentos felices que vives.

El agradecimiento por todo puede mejorar los estados depresivos y tener más conciencia del momento presente.

Malena Lede – Psicóloga