La Relación Madura - Psicología Malena Lede




Existen distintos modos de relacionarse para vivir en pareja, sin embargo la mayoría elige ser infeliz y adopta vivir un amor dependiente, relación que los lleva a tratar de dominarse mutualmente.

Amar puede hacernos sentir dichosos y plenos, sin embargo, si se vive una relación dependiente puede hacernos muy infelices.

La persona independiente también le da independencia al otro, pero no siempre la pareja interpreta esa actitud debidamente, porque se parece mucho a la indiferencia.

Otra forma de amar es relacionándose en forma interdependiente, pero este es un modo de relación que es poco común en este mundo.

El amor interdependiente es lograr la armonía total en un vínculo, una forma de sincronicidad como si ambos compartieran un solo espíritu, un amor sólo posible entre dos personas maduras. 

Esta manera de amar es la verdadera pero lamentablemente se produce en pocas ocasiones.

Abraham Maslow distingue dos formas de amar:  el amor insuficiencia y el amor del Ser; el primero es dependiente e inmaduro porque se ama a una pareja porque satisface una necesidad, se aprovecha, se manipula, se domina y se utiliza como medio; mientras tanto el otro hace lo mismo.

Este tipo de amor tiene muy poco de amor y mucho de egoísmo, sin embargo es la forma de amar de la mayoría.

La segunda forma de amar es la del Ser, sin condiciones, significa Ser amor, desbordar amor hacia todas direcciones.

Los seres humanos se desarrollan y crecen pero la mayoría no madura, continúan tratando de recibir amor de los demás porque no saben dar sin condiciones ni saben compartir.

Solamente la persona madura puede dar pero existen millones de personas que son infantiles toda su vida que sólo anhelan recibir.

La dependencia provoca infelicidad y esclavitud y fomenta la venganza sutil y despiadada porque nadie puede tolerar perder su libertad.

Los amantes suelen ser enemigos sin darse cuenta, creen amarse pero viven una constante lucha estéril intentando dominarse mutuamente para tener el poder.

Es difícil encontrar una pareja en la que no exista un dominante y un dominado, un fuerte y un débil o un poderoso y un esclavo.

Es más, el hombre todavía tiende a elegir a una mujer que no lo supere en nada; no se entrega sin condiciones por temor a ser dominado; y la mujer, como venganza, nunca se entrega, por lo tanto nunca puede disfrutar del amor a pleno.

Malena Lede – Psicóloga
Fuente: “Madurez – La responsabilidad de ser uno mismo”; Osho