Reconcíliate con tus padres y vive mejor - Psicología Malena Lede





El resentimiento y el rencor hacia los padres son obstáculos que nos impiden avanzar en la vida y desarrollar nuevos vínculos saludables.

La infancia es una etapa decisiva que nos marca para siempre; está en cada uno de nosotros comprender a nuestros padres y perdonarlos.

Es necesario darse cuenta que los padres, como los demás seres humanos, no son perfectos, que sólo los hemos idealizados, pero que hacen lo que pueden.

Padre y madre son las personas más significativas desde que nacemos y siempre tienen importancia en nuestras vidas.

Los errores y las omisiones que cometen los padres perduran en nuestro inconsciente siempre.  Son heridas que vuelven a sangrar en la adultez, en cada frustración que generen los nuevos vínculos.

Sin embargo, si somos conscientes de esas heridas y somos capaces de incorporarlas emocionalmente, aceptarlas y perdonarlas, podremos avanzar en la vida sin esa carga.

El amor supera cualquier dolor y nos permite perdonarles todo a todos y también hace posible continuar y encontrar una nueva forma de relación más sana.

A veces se trata de mejorar la comunicación, poder expresarse y dejar que ellos se expresen libremente, con respeto y sin interferir, porque el resentimiento es una acumulación de palabras no dichas y de emociones no vividas.

Somos los hijos de nuestros padres y es necesario mantener ese rol familiar  siempre, sin pretender ocupar otro, aunque a veces creamos conveniente ser padres de nuestros hermanos o de nuestros mismos padres; y ser capaces de aprender a respetar la individualidad de los demás y sus propios espacios y tiempos.

Hacer lo posible para estar juntos y compartir momentos nos permite conocerlos mejor y comprender sus necesidades y sentimientos; y si somos leales con ellos generaremos confianza y creerán en nosotros, lo que mejorará el vínculo.

El amor hay que demostrarlo con hechos y expresiones de afecto, sin dejar pasar mucho tiempo sin expresar los sentimientos.

Reconocer que en una crisis familiar, todos son responsables, no sólo los padres sino también los hijos y que cuando uno de ellos cambia, cambian también los otros.

La compasión, la comprensión y el amor son las mejores herramientas para volver a construir los lazos familiares rotos.

Malena Lede - Psicóloga