Cuando el aburrimiento le gana al amor - Psicología Malena Lede




La vida en común no es fácil; las obligaciones laborales, la falta de tiempo y de diálogo, los problemas económicos,  la responsabilidad por los hijos, el estrés y las presiones de todos los días, hacen que el cansancio atente contra la vida íntima de las personas y que a la hora del amor, sólo deseen descansar.

Así, ambos pueden ir perdiendo la capacidad de disfrutar  del amor;  y en lugar de buscar la causa de su falta de motivación para el amor,  eligen no indagar y se resignan al aburrimiento que los va alejando sin remedio.

Vivimos una vida orientada totalmente hacia el mundo exterior y a la satisfacción de las necesidades materiales, totalmente desconectados de nuestra esencia interior,  que es la que nos permite experimentar genuina alegría y capacidad de disfrute y la que nos inspira a buscar la razón de nuestro existir.

El aburrimiento es la consecuencia de haber interrumpido el diálogo con nosotros mismos y de ignorar nuestra necesidad de Ser; y se empieza a notar cuando sentimos que ya no hay nada que nos divierta ni entretenga, que  la comida parece no tener sabor, que la vida en general se va tornando cada vez más insípida y que nos sentimos solos en la multitud e incomprendidos.

El afuera, que es el reflejo de nuestra propia interioridad resulta vacío y sin sentido y todo es aburrido.

Nadie puede hacer nada por  nosotros, porque somos nosotros los que tenemos que tomar las riendas de nuestra propia vida  y hacer que la realidad sea diferente.

El mundo interno es el único capaz de imaginar lo que aún no existe, de apreciar todo lo que nos rodea, de amar con pasión, de mejorar nuestra comunicación y nuestra relación.

Es necesario buscar espacios de encuentro en pareja y tomar distancia de los problemas cotidianos para volver a darle el lugar que le corresponde a los afectos.

En el amor, es imprescindible aprender a entenderse mejor con palabras y no con supuestos, buscando el propio placer y el del otro.  Es necesario generar situaciones de cambio, ser creativos y mantener la seducción haciendo uso de todos los sentidos.

A veces, los prejuicios infundados hacen que una pareja se distancie íntimamente por considerar ese alejamiento como algo natural, cuando en realidad, el deseo de intimidad nunca desaparece y con el tiempo ofrece infinidad de variaciones igualmente satisfactorias que pueden hacer feliz a cualquier pareja.

Malena Lede – Psicóloga