Civilización o barbarie - Psicología Malena Lede




Me pregunto: ¿Cuánto tiempo más tiene que pasar para que la gente aprenda a cuidar el planeta con la misma facilidad con que aprendió a manejar el celular?

Esta mañana, una pareja que viajaba en el mismo bus local que tomé yo, se sentó en el asiento enfrentado al mío y como lo hace habitualmente la gente joven, con singular destreza comenzaron a manipular sus celulares respectivos.

Mientras se mantenían concentrados en sus aparatos, la mujer bebía una bebida gaseosa y el hombre una lata de cerveza; y una vez que vaciaron los envases, ambos, con toda naturalidad, los tiraron por la ventanilla.

Este ejemplo,  ilustra lo que todavía hacen millones de personas en el mundo, seres humanos que aún no han podido incorporar los más elementales hábitos de higiene y de cuidado del ambiente y que no tienen conciencia que este planeta es la única casa que todos tenemos.

El viaje de hoy unía la parada de una estación de ferrocarril hasta otra estación ferroviaria de otra línea. 

Es curioso cómo se parecen algunos lugares próximos a las estaciones de ferrocarril de algunos países que también sufren la falta de educación y de conciencia de la gente. En esos lugares, abundan los lugares de comida rápida, el olor a frito, la basura diseminada en las veredas y en las calles, merodea gente de todas las edades y de dudoso aspecto pidiendo limosna y también hay muchos vendedores ambulantes.

Miles de individuos deben circular por esos lugares diariamente y la mayoría compra algo,  se detiene a consumir un refrigerio y casi siempre le sobra algún vuelto para ayudar a alguien, de manera que son verdaderas  posiciones estratégicas para sacar provecho.

La basura es un problema que preocupa a todos los gobiernos porque crece día a día en un mundo en el que el consumo aumenta sin control, sin embargo, es obvio que a mucha gente no le importa

La mayoría no sabe que en los mares se han formado verdaderas islas de muchos kilómetros cuadrados de botellas de plástico, elementos que también obstruyen las cloacas de las ciudades y que no permiten desagotar el agua cuando llueve, lo que provoca graves inundaciones.

Los países asiáticos son los principales importadores de basura electrónica para reciclar, sin embargo, no todos tienen tan sanas intenciones y existen  quienes que con este pretexto se dedican a extraer de ese material solamente el mineral valioso que contiene, como el oro, y luego entierra el resto en suelos extranjeros.

¿Qué mundo les estamos dejando a nuestros hijos y nietos?  Paremos de cambiar el celular por otro, sólo para agrandar el ego y colaborar para que se incrementen las fortunas de unos pocos, dejemos de tirar la basura en la calle como si la calle fuera de otro y utilicemos los contenedores que existen con ese propósito y cuidemos más el único mundo que tenemos.

Si queremos cambiar el mundo empecemos cambiando nosotros.

Malena Lede - Psicóloga