Los desafíos que somos capaces de
emprender son los que nos permiten Ser quienes somos; los que nos
hacen sentir vivos, los que miden con mayor justicia nuestra
capacidad de hacer, de imaginar y de crear, los que nos ayudan a
elevar nuestra autoestima y a afianzar nuestra identidad, los que le
dan a nuestra vida su justo valor.
Los nuevos desafíos le dan sentido a
la vida, una razón para Ser, un motivo para vivir. No se trata de
experimentar cualquier cosa sino de expresar en la acción el Ser que
uno Es, tanto en las cosas pequeñas como grandes.
Mejorar el comportamiento, el ánimo,
el carácter, la comunicación, las relaciones o el trabajo;
controlar mejor las emociones y fortalecer el deseo de superación
son los desafíos más ambiciosos que puede tener un ser humano.
Todo eso depende en gran parte de uno
mismo, de las ganas que se tengan de vivir y de la tenacidad que se
tiene en cumplir los proyectos
Renovarse es un desafío, cambiar,
abandonar viejos hábitos, independizarse, ser capaz de enfrentar
compromisos o de asumir responsabilidades; porque crecer no significa
tener más libertad para hacer lo que uno quiere; crecer es lograr
aprender a hacerse cargo de uno mismo.
Es necesario saber que en esta vida
todo es posible, que nada es gratis, que el esfuerzo puede superar
las limitaciones, que no hay que dejar pasar las oportunidades, que
hay que valorar lo que se tiene y que hay que vivir y dejar vivir.
Una actitud positiva ayuda a llevar a
cabo nuevos desafíos, a deshacerse de los prejuicios, a aprender de
los que más saben, teniendo conciencia de los avances y de los
retrocesos, evitando la ansiedad y conservando la calma.
Cada día nos brinda la posibilidad de
empezar de nuevo sin mirar atrás, nos das la fuerzas para superar lo
perdido y el entusiasmo y la esperanza de cumplir otros proyectos.
Hay que creer y seguir los sueños
confiando en nosotros mismos, en nuestra capacidad y en nuestros
conocimientos, defendiendo la alegría de estar haciendo lo nuestro.
El buen humor nos rescata de la duda y
del miedo porque tiene una fuerza transformadora, nos empuja a
avanzar, nos eleva y nos permite trascender nuestros propios límites.
Podemos conectarnos con las cosas
buenas que nos da la vida, si no nos dejamos llevar por preconceptos
negativos o actitudes derrotistas y si vemos y confiamos en las
oportunidades; porque cada oportunidad representa el desafío de un
nuevo comienzo.
La flexibilidad del carácter es
esencial para poder cambiar e iniciar algo nuevo; porque significa
estar dispuesto a dejar la comodidad de lo conocido para arriesgarse
a enfrentar lo desconocido.
Malena Lede - Psicóloga
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