Cuando se acepta a un novio casado - Psicología Malena Lede




Salir con un hombre casado es muy peligroso porque pueden deslumbrar a una mujer, enamorarla, hacerla caer en una trampa imprevisible y sufrir graves consecuencias.

Yo sé que es difícil razonar cuando el corazón traiciona, pero si una mujer es libre, su pareja tiene un compromiso y ella lo sabe, está eligiendo sufrir compartiendo su amor con otra y perdiendo la oportunidad de ser feliz con alguien que la ame a ella sola.

La baja autoestima juega un papel fundamental en estas circunstancias, junto al auto convencimiento de no merecer ser feliz con una pareja propia sino conformarse con las  migajas de otros.

¿Cuántas lágrimas se han derramado por aceptar esa situación sin tener un mínimo de juicio crítico?, millones, siempre con la esperanza de que algún día se produzca el milagro y el conflicto se regularice.

Los casados hacen promesas que nunca cumplen, y si viven todavía con su mujer raramente la dejan, sólo están viviendo una aventura.

Una persona infiel es difícil que cambie y seguirá siéndolo con todas las mujeres que tenga.

Es comprensible que durante el estado de enamoramiento inicial una mujer acepte ese estado de cosas con la esperanza de que en poco tiempo la situación cambiará a su favor, pero al pasar el tiempo comienza a darse cuenta de cuántas cosas tiene que resignar, cuántas humillaciones tiene que sufrir y qué cruel puede llegar a ser la frustración y el desencanto.

Lo cierto es que ninguno de los dos podrá evitar el sentimiento de culpa que ese problema que han creado les producirá por mucho tiempo, ya que ese amor se basa en la infelicidad de otra mujer, en la destrucción de un hogar y de una familia.

El desenlace casi siempre es el mismo, el hombre vuelve a su hogar arrepentido y deja a su amante desolada, triste, con la sensación de haber sido usada, llena de rabia y lo que es peor odiándose a sí misma.

Aprende a conectarte con tu sabiduría interior y no permitas que entren en tu vida hombres infieles, inseguros y cobardes, que no son capaces de respetar su hogar ni tampoco a jóvenes inexpertas que creen todo lo que les dicen los hombres y que no son capaces de evitar caer en las redes de un seductor, ni de prever futuras consecuencias.

Malena Lede - Psicóloga