No siempre las
personas están preparadas para comenzar una relación de pareja madura. Por lo general vienen de varias relaciones
ocasionales que pretendieron ser serias al principio pero que al poco tiempo,
sin saber muy bien por qué, resultaron un fracaso.
El amor maduro
tiene que ser en primer lugar correspondido y armónico, o sea entre dos
personas equilibradas que están dispuestas a avanzar en sus vidas al decidirse
iniciar un vínculo estable para transitar la vida de a dos, tener un hogar y
formar una familia.
Esta relación es
necesario que sea serena, libre de compromisos anteriores, o por lo menos
habiendo completado los trámites legales de antiguos vínculos, sin rencores ni resentimientos.
Está claro, que
quien acepta a una pareja divorciada con hijos, tendrá también que aceptar que
deberá mantener esa relación toda la vida y no interferir por celos,
incomodidad o molestias que dicha relación previa exija. Porque la madurez implica aceptar las
responsabilidades que asumimos y hacer frente a los compromisos adquiridos y no
borrar de plano a personas que han sido significativas en otro momento de la
vida, dejando una lamentable secuela de víctimas que siempre generan culpa.
Una pareja madura
se ama pero también se respeta. Cada uno
debe tener la libertad de seguir creciendo individualmente como persona,
durante toda la vida, sin ponerle obstáculos al otro, sin envidia y sin
intentar competir.
Muchos fracasos
sentimentales se producen debido a la pretensión irracional de tener una pareja
que paralice su desarrollo, se estanque
y viva exclusivamente para ese amor.
Este modelo de
pareja se extingue por sí misma porque convierte a esa persona estancada en un
parásito que se aburre, se enferma y lo único que le va a generar al otro son
problemas.
Una pareja madura
se basa principalmente en la confianza mutua, porque si alguno de los dos
desconfía, comenzarán los celos, el intento de manipulación y de dominio, las
amenazas, los enojos, las peleas y las discusiones.
La confianza se
gana siendo siempre honesto, no sólo con la pareja sino con todo el mundo, o
sea que se haya elegido la honestidad como modo de vida.
Una pareja estable
exige un nivel aceptable de compatibilidad de caracteres que les permita a
ambos compartir momentos juntos; pero también es necesario que respeten la
misma escala de valores y que tengan un proyecto común para realizar juntos.
La vida armónica en
pareja es posible cuando el amor es verdadero, cuando se ama al otro en tanto
que otro y no como la prolongación de uno mismo, cuando se puede trascender
el ego y desear tanto la felicidad del
otro como la propia.
Malena Lede -
Psicóloga
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Hola malena gracias por tu blog, deseo me des tu opinion, vivo en pareja ya hace mas de tres años a lo largo de nuestra relacion hemos cambiado mucho para bien, sin embargo el tiempo libre que tiene cada uno para si mismo es desigual pues el tiene mas oportunidad de salir que yo debido a nuestros horarios de trabajo, a veces el dice que saldra entonces le digo que para la otra yo saldre y prefiere no salir por que dice que lo condiciono, le pregunto si prefiere no salir para que yo tampoco salga y dice que no, el problema es que se lo digo, de tres veces que el sale yo salgo una, tenemos un hijo y a veces el sale fuera y yo me quedo con el bb unos dias, en una ocasion se lo llevo pero si le digo que se lo lleve piensa que no quiero a nuestro hijo o algo asi pero tambien quisiera tener el mismo tiempo que tiene el sin nosotros, crees que es válido lo que pienso ? Gracias
ResponderEliminarhola Guadalupe Hernandez, Creo que tienes que aprovechar tu tiempo libre pero no olvidar que tienes un hijo y que eso te condiciona. No importa lo que haga él no puedes actuar en función a lo que él hace, tu eres tu y él es él y los dos tienen condiciones diferentes de trabajo. Si deseas salir sola puedes combinar que se quede él con el niño cuando el trabajo te lo permita pero no puedes estar especulando y competir a ver quien sale más de los dos. Ambos pueden tener salidas independientes pero lo ideal sería que los tres tuvieran deseos de salir juntos de vez en cuando como familia y no estar tan ansiosos por salir solos. No me explico esa necesidad tan imperiosa de volver a tener la libertad que tenías antes. Hay que aprender a aceptar las limitaciones que nos imponen los cambios en la vida y actuar de acuerdo a lo que uno ha elegido. Es obvio que con un niño y un trabajo las cosas pueden cambiar y mucho. La madurez mental implica darse cuenta del cambio y estar dispuesto a aceptarlo. saludos, malena
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