Hoy en día son muchos los que eligen estar solos, sin
embargo después de algunos años de soledad, la mayoría comienza a pensar en la posibilidad
de compartir su vida con otro.
Viajar, escalar el Everest, experimentar deportes
extremos o el hecho de no tener ningún compromiso, parecen ser cosas del pasado
y de pronto la necesidad de compartir la vida con alguien y hasta la
posibilidad de formar una familia se convierten en los deseos más inmediatos.
Muchas veces es el avance de los años lo que inquieta, porque el reloj biológico no se detiene y
termina siendo para las mujeres un impedimento para tener hijos en forma natural.
La elección de pareja estable requiere mayor rigor porque
no sólo tiene que atraer físicamente sino también por sus cualidades como
persona, por su historia personal y por su grado de confiabilidad, de manera
que pueda crearse un vínculo afectivo sólido.
El enamoramiento no es la mejor manera de lograr una
pareja estable, porque es una emoción fugaz que no dura y porque casi siempre
se basa únicamente en la atracción física.
Es imposible encontrar a una pareja si uno no sale de la
casa, por eso es importante comenzar a frecuentar lugares de esparcimiento
donde se puede conocer gente nueva con los mismos intereses o no, que los
obligará a desarrollar una mayor vida social.
Es importante abrirse a otras amistades para tener la
oportunidad de formar parte de grupos distintos que hagan posible el objetivo.
La tendencia es dejarse impresionar por el aspecto físico
de las personas y enseguida idealizarlas; sin tener en cuenta que la
presencia no siempre va acompañada de una atractiva personalidad o de las
cualidades deseables en una persona.
Aunque estoy convencida que a casi todos se los puede
conocer bastante bien con sólo observarlos e interactuar con ellos un rato,
siempre es mejor confirmar la impresión del primer momento con nuevas citas, antes
de llegar a establecer un vínculo más íntimo.
Es necesario tener conciencia de los defectos propios que
ya los han hecho fracasar en el pasado con otras parejas y ser capaz de
cambiarlos, como los celos, el apego o la necesidad de dominio.
Tener una pareja no significa ser su dueño, una pareja es
alguien con quien compartir el viaje de la vida, el copiloto que todos
necesitamos para llevar adelante un hogar y educar a los hijos.
Si se puede mantener el respeto por el otro, por sus
ideas y por su propia libertad para que se realice como persona individual, le
permitirán seguir creciendo y hacerse cada vez más interesante y más digno de
ser amado y admirado.
Porque la persona que no crece se convierte en una cosa
si renuncia a su esencia, en pura
apariencia, en ese alguien único y distinto que Es.
Malena Lede - Psicóloga
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