No sólo se nace con
talento para la creatividad sino que se puede aprender a desarrollar nuevas ideas
toda la vida.
Todos hemos sido
creativos alguna vez, sólo que no lo recordamos. Pequeñas o grandes soluciones creativas fueron
imaginadas por nosotros y puestas en práctica con éxito en algún momento; por
eso,
si comenzamos a confiar en nosotros mismos recordando nuestras propias
experiencias creativas podremos incrementar nuestro potencial para ser
creativos tanto en los negocios como en nuestra vida personal.
No perder de vista
los propios objetivos es una de las claves principales para dirigir y desarrollar
ideas nuevas confiando en nuestra capacidad para todo aquello que podemos
controlar.
El desaliento puede
jugar en contra de nosotros, llevarnos a ver más las dificultades que las
posibilidades, impedirnos ser audaces e impulsarnos a continuar eligiendo fórmulas aprendidas, poco creativas, para
resolver problemas nuevos.
Es
necesario mantener alto el espíritu de iniciativa, y no dejarse vencer por las
ideas de fracaso ni por los comentarios derrotistas de quienes critican toda iniciativa ajena..
No podemos
conformarnos con lo que ya sabemos, porque para ser creativo es necesario aumentar el caudal de
información y capacitarnos adecuadamente.
Nadie logra sus
objetivos solo, en primer lugar porque lo que está ocurriendo en el contexto es lo que lo inspira y en segundo lugar porque la participación de otros en su proyecto puede ayudarlo a concretarlo.
Los proyectos
personales no sólo tienen que limitarse a satisfacer las propias aspiraciones sino
también el crecimiento de otros.
La persona creativa
es también curiosa, lo que le permite, a partir de la observación, imaginar y visualizar
realidades nuevas; es perseverante y no se desmoraliza fácilmente; agudiza sus sentidos y su sensibilidad para
desarrollar nuevas estrategias, confía en su criterio, no teme al ridículo y utiliza
todos sus recursos en lo que cree.
Todos tenemos ideas
que irrumpen en nuestras mentes cuando observamos con interés el mundo que nos
rodea; sólo que algunos son capaces de creer firmemente en ellas sin dejarse
vencer por los prejuicios ni por las señales de desaprobación de quienes tienen miedo a los cambios.
Malena Lede -
Psicóloga
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