Para manejarse
mejor con las emociones hay que utilizar la razón, conocerse mejor a
uno mismo, aceptar los cambios, conocer las propias actitudes y comportamientos, disminuir las expectativas, ser
capaces de ser flexibles y de proponerse metas y objetivos realistas.
Hay personas que a
partir de sus experiencias han aprendido a controlar sus impulsos de una manera
natural pero hay otras que necesitan formarse hasta habituarse a manejar de
manera más inteligente sus emociones.
La inteligencia
intelectual siempre se ha valorado más que la capacidad de manejarse en forma
inteligente con las emociones, sin embargo esta capacidad actualmente es tan
valorada como el intelecto.
Emociones como el miedo o la ansiedad, la depresión o la tristeza,
la ira o la violencia, y el amor o el odio, son las más difíciles de manejar inteligentemente.
El miedo nos
paraliza y es un gran obstáculo para el crecimiento y desarrollo. ¿Qué harías
si no tuvieras miedo? Seguramente muchas
cosas que estás postergando hace mucho tiempo y no te atreves a hacer.
Los miedos nos
ayudan a sobrevivir pero cuando se convierten en obstáculos para vivir pueden ser una pesada carga.. Sin embargo, no se trata de luchar contra el miedo sino de enfrentarlo con coraje confiando en nosotros mismos.
En cuanto al control de la
ira, cultivar la paciencia y la tolerancia puede brindarnos serenidad, mejorar nuestra calidad de vida y nuestras relaciones personales.
Ante la inminencia
de un estallido de ira lo mejor es intentar con inteligencia hacer otra cosa, cualquier otra
cosa, hasta que esa nueva forma de actuar se convierta en un hábito.
La depresión es la
pérdida del sentido de la vida, cuando se renuncia a los proyectos, cuando se pierde la motivación y la esperanza, cuando el desánimo anula toda iniciativa o acción y la
apatía se adueña del espíritu.
Es necesario aprender a bajar
las expectativas, aceptar que somos
falibles, que como todos los seres humanos cometemos errores y que el fracaso es
el aprendizaje que necesitamos para alcanzar el éxito.
El amor nos puede
colmar de dicha pero también puede ser motivo de frustración si no es
correspondido como muchas veces se pretende.
Hay que saber que no
siempre el amor se manifiesta de la misma forma y que no todos pueden expresarlo con palabras, por eso es necesario aprender a leerlo en las miradas, en las actitudes y en los actos.
La inteligencia
emocional nos ayuda a comprender nuestras emociones, a canalizarlas adecuadamente; y a entender, que las reacciones emocionales sin control pueden no sólo disminuir nuestro rendimiento y capacidad laboral, sino también destruir nuestras relaciones
personales y hacernos muy infelices.
Malena Lede - Psicóloga
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