LAS PASIONES - Psicología Malena Lede




Las pasiones humanas pueden ser constructivas e inspiradoras o compulsivas y destructivas; si son inspiradoras pueden ser la mejor motivación para desplegar nuestra creatividad y transformarnos, 
pero si son destructivas y no nos dejan lugar a la reflexión,  son fuente de desequilibrios y conflictos.

La pasión por expresar la creatividad o por desarrollar un interés específico produce la sensación de estar viviendo intensamente y permite sentirse equilibrado y pleno.  Siempre es envidiable la quien puede hacer lo que le gusta con pasión porque es la mejor manera de cumplir los sueños.

Una persona apasionada por el arte, por la música, por un ideal, por la fe, o por amor a otra, puede experimentar el éxtasis de trascenderse a sí misma y alcanzar estados de conciencia elevados.

Una pasión es una energía muy fuerte que lleva a la acción, proporciona a una persona plena satisfacción, la ayuda a crecer y la conduce hacia la transformación personal.

La pasión es un deseo irrefrenable de hacer algo, un impulso creativo incontrolable dictado por el alma que puede cambiar la propia historia y también la de otros.

La pasión constructiva está orientada por la inspiración creativa, a diferencia de las pasiones tóxicas que conducen a actos compulsivos que no se pueden canalizar adecuadamente, como la ambición, la ira, los deseos de venganza, los celos o el descontrol sexual.

Las pasiones humanas normales siempre pueden conservar cierto margen para la reflexión que puede permitir elegir qué hacer en cada ocasión y no dejarse vencer por los impulsos; pero cuando una persona dominada por una pasión tóxica no puede controlarse y  pasa directamente a la acción, los actos de violencia y los hechos inevitables suelen ser irreparables.


Malena Lede – Psicóloga