AMORES PERVERSOS - http://psicologia-malenalede.blogspot.com




El amor es sufrimiento cuando se entrega a alguien indiferente, frío y egoísta; a alguien incapaz de amar a otro, que puede ser una pareja, un pariente cercano o el que pretende ser un amigo. Porque el desprecio cotidiano es una pesada carga que atenta contra la autoestima y que hace dudar de uno mismo..

Se elige convivir con relaciones que producen sufrimiento, cuando después de muchos ataques a la propia dignidad, no se puede ser capaz de reaccionar ni de alejarse.

El que decide sufrir por amar elige aferrarse a quien se complace en ultrajarlo porque cree que a pesar del maltrato lo necesita y como no está dispuesto a renunciar a cortar ese lazo; elige creer todo lo que le dice,  con la clara intención de rebajarlo.

Los celos de una pareja pueden aislar al otro de sus propios familiares y amigos, atentar contra sus intereses personales, impedirle su crecimiento y desarrollo y sofocarlo con sus sospechas. El temor de ser abandonado puede hacer que revise su celular o correo electrónico a escondidas, a imaginar posibles rivales, a alucinar amantes, o a adivinar gestos o actitudes que delaten posibles infidelidades.

Se puede amar y odiar a la vez a la misma persona con la misma intensidad, pero cuando el odio supera al amor puede terminar en tragedia; porque la maldad existe; es la sombra que está siempre acechando y que puede hacer mucho daño aún sin motivo aparente; cuando alguien tiene asignaturas pendientes, o porque se siente frustrado y no puede evitar proyectar su frustración en los otros.

La persona egoísta sólo se ve a sí misma y no le importa el bienestar ajeno, entonces,  busca la forma dominar y destruir.

Están los que no perdonan,  los que viven consumidos por el resentimiento, los que se ofenden por pequeñeces, los iracundos, los muy susceptibles que siempre se sienten atacados y viven enojados; los que tienen adicciones, los golpeadores, los infieles, los que siembran cizaña; y están los otros, los que se aguantan todo sin decir nada..

Sin embargo, siempre se está a tiempo de eludir esa clase de sufrimiento, sólo hay que darse cuenta y saber renunciar a quien los seduce por un lado y los castiga por el otro, a quien se regocija en maltratar y que necesita castigar para sentirse superior y satisfacer su ego..

Malena Lede - Psicóloga