Son pocos los que
dirigen su vida hacia el cumplimiento de sus propios objetivos, la mayoría está
demasiado ocupada haciendo cosas que no le gustan, diciendo lo que no sienten y
pensando otra cosa. De esa
forma es como se desarrolla una neurosis, o sea poniéndose la máscara y renunciando a ser uno mismo.
Adaptarse a una
sociedad moderna no es fácil, porque todos tienen que actuar e interpretar su papel dejando de lado la persona que es.
De este modo fracasan las relaciones y fracasan las vocaciones y el ritmo alucinante de la vida arrastra a todos hasta un inesperado destino.
Vivimos en una
sociedad neurótica, llena de gente que lo quiere todo pero que no puede y en la que las
relaciones personales cada vez se hacen más difíciles.
Sin embargo, refugiarse en la
soledad no es una solución, porque una vida sin afecto tiene poco sentido y porque
todos necesitamos estar relacionados y amar y ser amados.
Los síntomas neuróticos tienen su raíz en la infancia; si un niño ha sido muy consentido, eso será
suficiente para que tenga una imagen idealizada de sí mismo y necesite siempre ser
admirado. Será una persona neurótica narcisista, egocéntrica
y egoísta que se amará principalmente a sí misma, lo que afectará cualquier
tipo de relación afectiva.
Un neurótico con síntomas depresivos es común que haya padecido experiencias tempranas de abandono, tendrá una visión pesimista de la vida y estará siempre triste e
insatisfecho; experimentará períodos de
euforia seguidos de profunda depresión, será hipercrítico y su tendencia será ver siempre el lado
malo de las cosas.
El neurótico dependiente, no
puede hacer nada solo, necesita siempre tener a alguien en quien apoyarse, se
muestra desvalido, vulnerable, débil y se comporta como un niño. Estas
personas son incapaces de tomar decisiones o de asumir responsabilidades y
necesitan sentirse aceptados y aprobados socialmente. En las relaciones
amorosas generalmente son celosas y tienden a crear vínculos simbióticos
tratando a su pareja como una prolongación de sí mismas.
La personalidad
maníaca expresa su neurosis llamando la atención y expresando abiertamente sus
emociones; generalmente es inestable e intensa, seductora y manipuladora, muy
inquieta y con una imperiosa necesidad de experimentar cosas nuevas. Desea ser el centro
de la fiesta; es divertida aduladora y alegre, pero también suele ser informal y superficial e incapaz
de asumir un compromiso.
Amar en tiempos neuróticos es
difícil, porque hay mucho egoísmo y porque los niños sufren muchas carencias afectivas; pero además, amar solamente no alcanza, también es necesario
saber amar, ser capaz de trascender las tendencias negativas de la personalidad
y enfrentar el desafío de cambiar a tiempo, por amor.
Malena Lede -
Psicóloga
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