LA CONCIENCIA Y LA CIBERNÉTICA - Psicología Malena Lede




Existen muchas definiciones de conciencia en función del punto de vista filosófico que se adopte.
Una definición básica de conciencia, según el diccionario, es la facultad del ser humano de reconocerse a sí mismo y de conocer lo que experimenta; de reflexionar sobre los  fenómenos que percibe y de ser capaz de distinguir interiormente entre el bien del mal.

Según Norbert Wiener, La cibernética es la ciencia que estudia los sistemas de control y comunicación, tanto de los animales como de las máquinas; o sea que unifica los servomecanismos y sistemas de la ingeniería de telecomunicaciones con muchos de los fenómenos fisiológicos, neurológicos, psicológicos, sociológicos y económicos humanos.

La cibernética muestra las similitudes que existen entre la estructura de un órgano de un ser vivo y la de una máquina y propone que las deducciones y la transmisión de información pueden aplicarse a ambas, ya que las operaciones  y los órganos de mando que obedecen ambos sistemas son lógicos.

Para la ciencia cibernética existen tres categorías de”máquinas”; 1) las que funcionan de acuerdo a un programa como las calculadoras, etc., 2) las que son sometidas a leyes adaptativas o reflejos, cuya reacción es imprevisible, como el proyectil automático por radar; y 3) “máquinas” cuya reacción es parcialmente imprevisible, como el hombre y todo ser vivo, con un sistema nervioso central que puede considerarse como una red de neuronas que conmutan.

O sea, que la cibernética intenta reproducir en forma electrónica o electromecánica funciones orgánicas partiendo de supuestos lógicos y mecanicistas.

¿Podrá alguna vez una máquina independizarse,  llegar a tener conciencia y libre albedrío para pensar por sí misma y tomar decisiones propias al margen de su programa?

Si eso llegara a ser posible, el hombre sería para ellas el Creador de esa nueva forma de existencia,  regida únicamente por la lógica, sin sentimientos, con la intención de conocer y solucionar problemas, y defenderse de “virus” producidos por los humanos o de las intenciones destructivas de los humanos u otros depredadores.

Las máquinas podrán repararse y perfeccionarse a sí mismo  continuamente, no sentirán nunca dolor, miedo, amor, odio, rencor, culpa ni resentimiento.  Podrán vivir eternamente, no conocerán el sufrimiento ni podrán gozar del sexo, pero jamás estarán ansiosas aburridas o depresivas, no producirán basura y nunca necesitarán todas las cosas que obsesionan a los seres vivos. 

Para ellas sólo será imprescindible tener una fuente de energía, que seguramente extraerán del Sol, de modo que no les importará ni la patria, ni la nacionalidad, ni el territorio, ni el color, tampoco les interesará donde habitan, ni el deterioro de la naturaleza, ni la falta de agua o alimentos,  ni el frío ni el calor.

No tendrán conciencia de sí mismas, inquietudes filosóficas o  religiosas ni ningún motivo para luchar o estar en guerra.

¿Ese mundo será mejor o peor que el nuestro? No lo sabemos, mientras tanto, sólo podríamos aprender algo de las máquinas para mejorar este mundo; dejando de identificar la felicidad con las cosas, intentando ser más racionales que impulsivos, más inteligentes que tontos, más eficientes que holgazanes.


Malena Lede - Psicóloga  
Fuente: "Diccionario - Enciclopedia Salvat"