Las personas se
regalan unas a otras por distintos motivos. Regalamos algo a alguien o
recibimos regalos en fechas significativa que pueden ser cumpleaños, el día del
padre o el día de madre, en las fiestas de fin de año, para una graduación, etc.;
porque es un modo más de celebrar un acontecimiento y porque forma parte de la cultura y el comercio y la publicidad, por razones obvias, trata de mantener e incentivar.
En ocasiones
podemos regalar sin motivo explícito; en esos casos puede ser un intento común
de reparar algún daño que dejó una secuela de culpa o para agradecer atenciones;
o por haber sido favorecido en algo beneficioso (en este caso también llamado
coima) y también para ser perdonado por
haber cometido alguna falta que incomoda.
Los maridos que
acostumbran a hacer muchos regalos a sus esposas, sin motivo aparente, son muy sospechosos, ya que es muy probable
que se sientan culpables por haber cometido alguna infidelidad o por tener la
fantasía de cometerla. No es raro que sea así como muchas mujeres casadas
consiguen todas sus alhajas.
Nadie regala nada
sin un motivo, porque los regalos expresan siempre un reconocimiento por algo,
por eso hay que tener cuidado y estar seguro de honestamente habérselo ganado.
También se regala
algo para expresar amor hacia alguien sin palabras, para un compromiso
matrimonial o para una boda.
En cuanto a los
regalos empresarios mueven un importante mercado; es una forma de agradecer atenciones recibidas durante el año, aunque si se trata de cosas muy costosas,
ese regalo hace dudar de la legitimidad de esas atenciones.
Aunque cueste
creerlo todavía hay gente capaz de rechazar un regalo costoso si eso implica un
intento de soborno, pero por supuesto son las menos, porque el soborno es común
en todo el mundo, generalmente para ganar licitaciones;
es tan común que casi se puede decir que las empresas no pueden competir si no
pagan sobornos, incluso las organizaciones no gubernamentales sin fines de
lucro. Lamentablemente
suele ser un trámite más en un expediente, que por supuesto no queda registrado
en ningún lado.
En una potencial
relación de pareja también un buen regalo puede ser una especie de soborno, para vencer resistencias, para convencer de
ese modo si no se tiene otro, para demostrar poder adquisitivo o para competir
con mayor ventaja con otro.
No obstante, si
recibimos un regalo que creemos que merecemos por algún motivo hay que saber
recibirlo y ser agradecido.
Malena Lede -
Psicóloga
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