TÉCNICAS PARA CONTROLAR LOS MIEDOS - http://psicología-malenalede.blogspot.com




El Conductismo, afirma que todo comportamiento es el resultado de un condicionamiento aprendido; por lo tanto, se puede desaprender lo aprendido y aprender una conducta más adecuada a la situación presente.

Se aprende a tener miedo cuando se asocia el miedo con una situación que se considera peligrosa;  y se desaprende,  cuando se relaciona esa misma situación manteniendo una conducta relajada.

Cualquier experiencia de displacer también puede producir una reacción automática no voluntaria en el sistema nervioso autónomo y provocar síntomas como por ejemplo, sensación de tener un nudo en la garganta, problemas respiratorios, alteraciones del ritmo cardiaco, mareos, debilidad, etc.

Para cambiar este condicionamiento, tanto psíquico como fisiológico, se deberá practicar en forma gradual, la asociación entre la situación perturbadora y un estado de relajación.

Se aprenderá de esta manera a calmar la ansiedad anticipada que se siente y se podrá descubrir que lo que tanto se teme casi nunca ocurre.

El hecho de intentar evitar la situación que le produce miedo hace que pierda su libertad de hacer lo que quiere,  ya sea concretar una cita, tomar un tren, subir a un ascensor o tomar un avión, lo que inevitablemente la obliga a elegir otra acción, generalmente menos ventajosa, que tal vez le haga perder dinero, un buen negocio o tiempo.

Pero así como el sistema nervioso aprende a responder a peligros imaginarios también puede aprender a ignorarlos.

El miedo principal que subyace a todos los miedos es el miedo a la muerte, ese acontecimiento del que nadie habla y que se prefiere ignorar como si no existiera; algo que se teme y que se pretende eludir inútilmente haciendo gambetas; sin embargo es parte de la vida, algo natural, como también es la vejez y muchas otras cosas de la vida que suceden, aunque no nos gusten.

Vivimos en una cultura que aprendió a evitar las experiencias ingratas,  entonces se abandona a los ancianos, se elude a los enfermos y se ignora a los muertos.
.
Aprendemos a temer lo desconocido y a adjudicarle un juicio de valor negativo sin saber con certeza qué es lo que tememos y que es lo que nos deparará el destino.

Tememos al sufrimiento porque hemos aprendido de las experiencias de quienes ya se han ido y también de las películas de terror que contribuyen a reforzar ese condicionamiento.

No es casual que haya tantos que en esta época padezcan ataques de pánico.

Malena Lede - Psicóloga