HACER ALGO MEJORA EL ESTADO DE ÁNIMO - http://psicologia-malenalede.blogspot.com




Estudios realizados en universidades de Estados Unidos y también en China, dieron como resultado que hacer algo aparentemente trivial, como volver a enhebrar una pulsera de cuentas rota, puede mejorar el humor, siempre que esa tarea permita expresarse en forma creativa o satisfaga de alguna manera.

Los psicólogos que intervinieron en estos experimentos, por ejemplo, dieron a elegir a los participantes estar quince minutos sin hacer nada o enhebrar una pulsera de cuentas; la mayor parte de ellos prefirió estar ocupado rehaciendo la pulsera pero siempre que pudieran hacerlo a su gusto.
Se realizaron otras experiencias similares y ocurrió lo mismo.

El experimento mostró que una actividad que da la posibilidad de ser creativo o que recompensa de alguna forma se prefiere antes de no hacer nada.

La prueba reveló después de realizada la experiencia, que los probandos que eligieron realizar una actividad que los motivara se sintieron, en proporción, de mejor humor que el grupo control que no hizo nada.

Esta experiencia nos enseña que cuando tenemos que esperar por algún motivo, en una sala de espera o en una cola,  es mejor llevarse un libro y si nos encontramos en la situación de “hacer tiempo” mejor que estar inactivo mirando el reloj es ponerse a realizar cualquier tarea sencilla.

En general, la gente es muy impaciente, algunos directamente no pueden esperar en ningún sitio porque se ponen ansiosos y hasta pueden sufrir un ataque de pánico.

Las personas inactivas que creen que se sienten limitados para hacer alguna actividad que les gusta, en realidad les cuesta entrar en acción para decidirse a intentar algo nuevo, porque siempre resulta más fácil para entretenerse,  abrir la heladera para buscar algo rico, fumar, tomar alcohol o ver cualquier cosa por televisión sin elegir nada.

Por eso, cuando sienten que su humor comienza a cambiar y que no encuentran nada que los entusiasme, la señal de peligro de caer en una depresión se enciende.

La tendencia de las personas que se encuentran en esta situación es proyectar su frustración echándole la culpa a otros, porque se sienten solas, creen que no pueden hacer nada y no pueden conectarse con ningún nuevo interés.

Cualquier tarea, aún la más rutinaria y aparentemente aburrida puede convertirse en la posibilidad de ser creativo.  Cocinar, por ejemplo, puede vivirse como una condena si una persona se limita a hacer lo mismo todos los días o un arte si se atreve a ser creativa.

Malena Lede - Psicóloga