LA CODICIA HUMANA - http://psicologia-malenalede.blogspot.com




La codicia humana no tiene límites porque no importa cuánto dinero llegue a tener la gente, la sed de riqueza llevará a especular más y más, aún en mercados poco confiables.

A pesar de los imprevisibles cambios en los mercados financieros, la gente no puede evitar seguir arriesgando su dinero con la expectativa de obtener cuantiosas ganancias en poco tiempo.

Las especulaciones financieras pocas veces tienen éxito, sin embargo esto no impide que muchos se abstengan de seguir apostando.

El desafío que implica jugar con dinero es un placer para los especuladores y la atracción que ejerce en ellos la posible promesa de jugosas ganancias mitigan el miedo a la pérdida o a la pobreza.

Investigaciones realizadas por neurocientíficos en la Universidad de Stanford, USA, llegaron a la conclusión de que esta compulsión a ganar más y más dinero es un mecanismo neuronal que se localiza en una zona del cerebro.

Se descubrió que la expectativa de ganar produce una mayor estimulación neuronal que la ganancia que se obtiene y que es la expectativa y no el resultado la que refuerza la acción y disminuye el temor a la pérdida.

Una mayor riqueza contribuye solamente en un 5% a sentirse feliz, de modo que el objetivo no es tanto acumular sino de anticipar un provecho futuro.

El deseo de tener más y más dinero está en casi todas las personas, junto a la creencia de que puede hacer posible todos sus anhelos, o sea lograr obtener objetos, poder o reconocimiento.  Sin embargo el verdadero placer está en el proceso y no en los resultados.

Experimentos realizados con chimpancés condicionados a obtener su comida con monedas que debían introducir en una máquina automática, reflejaron que se mostraron tan codiciosos como las personas.

Las estadísticas revelan que la riqueza no llega a mejorar el estado psicológico por sí solo, porque una vez que las necesidades básicas y el bienestar están asegurados, el 95% de la alegría y el sentido de la vida no dependen de ella.

Malena Lede - Psicóloga