EL PASADO TE CONDENA - http://psicologia-malenalede.blogspot.com




Todos sin excepción estamos en gran parte condicionados por nuestro pasado.  A los más fuertes, un pasado difícil les ha servido como motivación para trascender sus limitaciones y triunfar en la vida, lo que los ha ayudado a elevar su autoestima y su complejo de inferioridad para demostrar que valen; pero otros, no tan fuertes, han sucumbido bajo los efectos devastadores de los golpes, los abusos, las privaciones, el desamor, el abandono o los ataques a la identidad y a la imagen de sí mismos, y permanecen pegados a todo aquello que ya no pueden cambiar.

Así como los alimentos nos nutren el organismo y nos sirven para seguir viviendo, el amor y la protección en la infancia nos hace más fuertes de espíritu.

Pero si las experiencias vividas no fueron esas, sin darnos cuenta seguimos reaccionando a la defensiva con viejas respuestas aprendidas, para defendernos de las frustraciones, que permanecen como heridas abiertas y nunca se olvidan.

Vemos en los otros a nuestros padres y demás personas significativas que en situaciones parecidas nos hirieron, nos rebajaron, nos desvalorizaron y despreciaron; y no podemos evitar contestar igual que antes, con bronca y resentimiento, ante la más mínima sospecha de agresión.

Hoy es el día de la madre; seguramente la mayoría recordará lo mejor de ellas y les rendirán tributo, ya que no hay nadie que sea perfecto, pero habrá otros que ya no las visitan ni les hablan, que no las han perdonado y que siguen con resentimiento hundidos en el pasado.

Perdonar a los padres es permitirse avanzar y dejar atrás el pasado, porque el rencor nos hace sentir culpables, dificulta las relaciones afectivas y nos hace muy infelices.

Perdonar a todos y perdonarse a uno mismo,  es el primer paso para poder soltar todo el bagaje de sentimientos negativos que nos tortura e impide hacernos cargo de nuestra propia vida y seguir adelante.

Malena Lede - Psicóloga