Vivimos en una
sociedad alienante expuestos a los patógenos virus de los excesos. Exceso de información, exceso de trabajo,
exceso de planes, exceso de ocupaciones, exceso de trámites, exceso de estimulación,
exceso de exigencias, etc.
Cumplir con la
agenda llena, con el trabajo y con la familia se convierte en una misión
imposible.
La vida moderna es
una sucesión de obligaciones que nos producen estrés, que puede llegar a
matarnos y muchos se obsesionan con el control y comienzan a padecer de ataques
de pánico.
Algunos están tan
cansados al final del día que no pueden dormir entonces toman pastillas para
poder conciliar el sueño, y al día siguiente tienen que tomar pastillas para no
dormirse en el trabajo.
Necesitamos
relajarnos, distinguir lo necesario de lo intrascendente, aprender a soltar y a
decir que NO.
En una charla de
TED, uno de los sobrevivientes del avión que cayó en el río Hudson, en USA, ya
hace unos años, contó cómo vivió lo que pensó que serían sus últimos momentos,
cuando después de haber perdido dos motores, el capitán de la nave les informó a los pasajeros que se prepararan para
el impacto.
Frente a su muerte inminente se dio cuenta que hasta ese momento había pensado que era
eterno, que la muerte era algo muy lejano que le pasaba a otros, pero que él tenía tiempo de sobra.
Tomó conciencia que todo puede cambiar en un minuto, que había postergado cosas que debía haber hecho, que había perdido tiempo discutiendo con muchos por defender su propio criterio y que aunque el hecho de morir da tristeza, no da miedo.
Tomó conciencia que todo puede cambiar en un minuto, que había postergado cosas que debía haber hecho, que había perdido tiempo discutiendo con muchos por defender su propio criterio y que aunque el hecho de morir da tristeza, no da miedo.
Afortunadamente
todos los ocupantes del avión se salvaron gracias a la extraordinaria pericia
del piloto, pero esa experiencia le sirvió a esta persona, para aprender a vivir la vida de otra forma, a no discutir más con su esposa, a no imponer más su razón, a
apreciar cada momento como si fuera el último, y a no guardar nada para mañana y usar todo.
Antiguamente no se
hablaba de sexo aunque formara parte de la vida, ahora no se habla de la
muerte, no se realizan velatorios y se esconde a los muertos, aunque la muerte sea la única certeza que tenemos y todo lo demás pura incertidumbre.
Sin embargo, la
conciencia de que la muerte que tratamos de negar nos acecha todos los días y
que el futuro es sólo una utopía, es lo que nos puede cambiar y darle sentido a esta vida.
Malena Lede
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Hola Malena! Qué tal? Buenas noches! Hablando de relajarse, yo estoy apuntado a yoga. Pero ya no voy. Me cuesta levantarme temprano. La clase es a las nueve de la mañana en la ciudad. Aunque la guagua me deja alli en veinte minutos. Levantarme temprano me cuesta.
ResponderEliminarLe dejo la responsabilidad de levantarme a mi madre. Casi siempre me quedo media hora más durmiendo. Hoy voy a dormirme antes. ...ahora pensé en hacer trastadas para no poder dormir. Me saboteo yo solo!
Como si no mereciera lo bueno. Mi padre siempre me negó lo bueno. No tenia derecho a disfrutar. El si yo no.
Eso marca.
A veces.no pido remuneración recompensa por mi trabajo.
No pido recompensa porque soy indigno de ésta. Mi padre me enseñó eso. Trabajas sin cobrar. Un agarrao.
Me daba dinero para juegos de ordenador vale. Algo es algo. Pero no me pagaba lo que era.
Me tocó un padre tacaño.
A mí también me cuesta dar algo mío. Si me lo piden. Pero lo suelo dar. Aunque después sienta dentro un sentimiento de no conformidad.
Mi.padre no nos da. Y se ahorra ese sentimiento de disconformidad. Pero se siente mal por otro lado. A veces pienso para que ser su amigo si él no nos quiere?
Es un listo.
Y por pasarse de listo está como está.
Dicen que enfadarse con alguien tiene su arte. Si no te enfadas cree que hace las cosas bien. Y algunos hacen las cosas para estar ellos bien siempre. Son los que mandan. Son los listos.
Pero el que hace mal siente culpa y pide castigo. Como yo. A unque yo ya no hago m a l.
Bueno gracias por escucharme y atenderme Saludos
Pablo Manuel