LA PRUDENCIA - http://psicologia-malenalede.blogspot.com


Ser prudente significa practicar la moderación, tener cordura, templanza, tacto, discreción y el don de un equilibrado y coherente discernimiento.

Sin duda la palabra prudencia parece abarcarlo casi todo, pero ante todo nos puede ayudar a mantenernos sanos.

Estudios científicos han revelado que las principales causas de mortalidad hoy en día son: accidentes que se podrían haber evitado o a enfermedades no transmisibles, como ataques cardiacos, accidentes cerebrovasculares, distintas formas de cáncer, enfermedades respiratorias crónicas o diabetes; 
 afecciones que se suelen asociar a factores de riesgo como las malas costumbres y los excesos, las dietas poco saludables, el estrés, la falta de movimiento, el consumo descontrolado de alcohol o drogas y el tabaquismo.

A pesar de las campañas de prevención que alertan sobre estos  peligros  y sabiendo que estos comportamientos contribuyen al deterioro de los órganos e incluso pueden provocar la muerte, son muchos los que continúan manteniendo estas costumbres y también son cada vez más los que estimulados por su entorno, deciden incorporar estos malos hábitos e ignorar el peligro.

La prudencia hace posible la reflexión consciente e impide caer en las distintas trampas sociales que llevan a adoptar, principalmente a los jóvenes,  rutinas nocivas con la ilusión de lograr ser aceptado.
Ser prudente significa pensar en las consecuencias de nuestros actos, ser conscientes del compromiso que implican y de la responsabilidad que representan.

El sabio no es el que tiene muchos conocimientos sino el que trata todos los días de hacer lo correcto.

Malena Lede - Psicóloga