LOS CHISTES Y EL BUEN HUMOR - http://psicologia-malenalede.blogspot.com




Una encuesta realizada por internet, a más de 2500 personas, demostró que quienes disfrutan de las situaciones cómicas aumentan su satisfacción por la vida y son mucho más felices.

Otros estudios  experimentales realizados anteriormente llegaron a la misma conclusión y además mostraron que el ambiente iluminado y agradable influye en los resultados.

¿En qué se diferencia una visión humorística del mundo de otra más seria de las cosas?

Los chistes funcionan cuando no responde a las expectativa y la idea es aprovechada para adaptarla a otra inesperada, transformándola en una incongruencia, una paradoja o en un disparate.

Nos produce gracia por ejemplo lo que sucede fuera de contexto, lo que tiene doble sentido, lo que resulta ridículo, aunque es importante contar con cualidades empáticas para que las situaciones cómicas tengan mayor efecto.

Los chistes pueden quebrar el hielo entre personas que no se conocen, es la forma más efectiva de abrir el diálogo y aflojar las tensiones.

Toda situación que produce estrés puede cambiar y vivirse en forma más relajada si se dejan de lado las etiquetas y se encara con humor.

Es indudable que el chiste nos permite ahorrarnos efectos desagradables en circunstancias que normalmente nos hacen sentir incómodos.

El chiste modifica la percepción de las cosas, aún de las más trágicas.  Es sabida que los mejores chistes se pueden escuchar en los velatorios.  Freud nos dice al respecto que esa es la forma maníaca de elaborar los duelos.

Afrontar con humor las “cosas serias” nos ayuda a ver mejor el lado positivo de toda experiencia, aún la más difícil.

Ver lo cómico de las situaciones que debemos experimentar en la vida diaria nos permite reflexionar, cambiar de perspectiva, disminuir la agresividad, inhibir la violencia y mantener la calma.

La buena disposición del estado de ánimo es lo que nos permite ver lo que nos sucede con otros ojos y sobrellevar las vicisitudes que se presentan, con mayor serenidad y coraje.

Malena Lede - Psicóloga