VUELVO O NO VUELVO CON MI EX- http://psicologia-malenalede.blogspot.com


Somos seres perfectibles que nunca seremos perfectos,  con un permanente hueco en el alma que nos empuja a una búsqueda interminable.

La relación de pareja también es el escenario que promete dicha y serenidad pero también donde pueden nacer la ira, el desdén, la desesperanza, el egoísmo, la traición y la competencia.

En las relaciones sentimentales la lógica no funciona porque las emociones nublan el entendimiento.  Podemos ser capaces de las acciones más elevadas pero también de sucumbir en un mar de tinieblas insondables.

Los sentimientos nos obligan a navegar por un mar de ambigüedades y a no poder soportar el vacío que genera la angustia.

En lugar de aceptar los opuestos como el desafío propio de la existencia, los rechazamos;  y esos sentimientos que deberían sobrevivir las tormentas y templar los corazones terminan extinguiéndose.

Aunque todos sabemos bien que las cosas de este mundo no duran para siempre sino que se transforman, pretendemos vivir una eterna luna de miel; y cuando esta se agota y deja lugar a la placidez de un amor duradero, nos desconcertamos y no estamos dispuestos a crecer.

Así, las relaciones terminan dejando una secuela de grandes sufrimientos y unas cenizas que nunca se apaga.

La distancia nos hace cambiar de perspectiva y quien antes nos parecía detestable, incomprensible, indiferente y poco confiable, de pronto, como por arte de magia, comienza a recuperar todo lo que alguna vez nos enamoró.

La mente sólo atesora lo bueno e intenta por todos los medios de olvidar lo malo, por eso podemos correr el riesgo de repetir historias.

¿Cómo despertar de ese sortilegio inevitable que pone en peligro una nueva relación más madura, más sana y más afín a nuestras necesidades?  Una buena manera es tratando de recordar lo que hizo que esa relación terminara, evitando las idealizaciones, reflexionando y manteniendo firmes las convicciones.

No olvidar que las personas no cambian demasiado, que hay que aprender a lidiar con la incertidumbre y que las dudas sólo se despejan con el firme propósito de ser feliz dejando atrás el pasado,  confiando en nosotros mismos y en nuestras decisiones.

Malena Lede - Psicóloga